Airbus, como Icaro
Con el Concorde ahora en el museo, Airbus se está convirtiendo en el testamento de la desmesurada pretensión de la política industrial europea dirigida por los Estados. Alimentado tanto por el ego político como por el sentido del negocio, el fabricante aeronáutico voló hacia el cielo, y como Ícaro, se quemó las alas.
La caída de los precios en Bolsa de su compañía matriz EADS esta semana fue dramática, pero no sorprendente. A los mercados no les gustan las malas noticias y Airbus ha producido toneladas de ellas. La caída del 26% del miércoles, (...) antes de recuperarse un poco el jueves, ocurrió un día después de que Airbus anunciara que su superjumbo A-380 no se fabricará, según lo planificado, en 2010. Los retrasos anteriores y otros fallos de sistema han plagado a este protegido proyecto.
A las compañías no les gusta el A350 propuesto por Airbus, el competidor del sorprendentemente popular 787 Dreamliner de Boeing, lo cual ha forzado a los europeos a volver a la mesa de dibujo, algo que supone un significativo coste (...).
La caída en desgracia de Airbus es retratada como un golpe al orgullo europeo en vez de un revés para los accionistas de la empresa y los millones de pasajeros, directamente afectados. æpermil;sta es la verdadera brecha transatlántica.