Alquiler por las nubes
Manhattan Skyline es una inmobiliaria que gestiona unos 4.000 apartamentos de alquiler en Nueva York. En 2002 y 2003 tuvieron el detalle de mandar a los inquilinos de algunos de sus edificios una cesta de Navidad con chocolatinas y cookies. La sorpresa aumentó en el caso de los que quisieron negociar la subida en su contrato de alquiler y, contra todo pronóstico, consiguieron, al menos, congelarla.
En 2004 no hubo cesta. En 2005 tampoco.
El mercado del alquiler se ha ido recuperando tras el 11-S en Nueva York y se ha sumado de nuevo a una tendencia que se registra lentamente desde hace 30 años en EE UU: el encarecimiento del alquiler y la falta de este tipo de viviendas para rentas más bajas.
Según el informe anual sobre la vivienda que acaba de hacer público la Universidad de Harvard, los precios del alquiler se han disparado porque por primera vez en cuatro años ha caído la construcción de viviendas para este mercado y muchas de las que habían se pusieron en venta. El porcentaje de vivienda de alquiler vacante en 2004 era del 10,2% y en 2005, del 9,6%.
Esta tendencia se ha pronunciado más en los últimos años conforme se ha disparado el precio de compra de los pisos, dejando sin posibilidad de acceder a la propiedad a las minorías y a los más jóvenes, menos aún ahora que suben los intereses y las hipotecas. Según Harvard, estos dos grupos van a ser el fuelle que mantenga altos los alquileres.
En concreto, en Nueva York el número de apartamentos accesibles para familias de bajo o moderado sueldo (como bomberos o auxiliares de clínica con poca experiencia) ha caído un 17% entre 2002 y 2005. Estos datos los recoge un informe de la Universidad de Nueva York, que muestra que en tres años se han perdido en la ciudad 205.000 viviendas de alquiler para familias con ingresos de 32.000 dólares al año o menos (dos de cada cinco hogares).
Este informe señala que mientras el alquiler medio no subsidiado para un piso ha pasado de 750 a 900 dólares mensuales en tres años, los ingresos medios anuales de las familias han caído de 42.700 dólares a 40.000.
Son cifras medias, lo habitual es que un apartamento de una habitación y unos 60 metros en Manhattan valga entre 1.500 y 3.500 dólares al mes, dependiendo de la zona. Ahora se ha disparado la construcción pero en los carteles de promoción se habla de 'apartamentos de lujo'.
Así las cosas, entre los gastos de compra e hipoteca, alquiler y los costes de la energía asociados a la vivienda que están siendo trasladados por los dueños de las casas, los ciudadanos están sintiendo el peso de una inflación que se había olvidado en los últimos años.
Las últimas cifras del IPC apuntan a un 0,4% de subida en los gastos de vivienda en mayo, un concepto que supone la mitad de la actual subida de la inflación subyacente. A mayo, la lectura interanual de este índice era del 2,4%.
Entre eso y la batería de declaraciones de los miembros de la Fed para asentar sus credenciales de duros contra la inflación, los analistas temen que la autoridad monetaria prefiera pasarse antes que no llegar en la subida de tipos. Dicho esto, muchos creen que la subida de los costes de la vivienda son muy volátiles e inusualmente altos en sus últimas lecturas.
Según sus expectativas, a lo mejor esta Navidad vuelve la cesta. Los que alquilan en Manhattan, no la esperan.