El futuro de Microsoft después de Gates
No me retiro. Estoy reordenando mis prioridades'. Bill Gates, quien hace 31 años fundara de la nada Microsoft junto con Paul Allen, esperó el jueves al cierre del mercado para decir que se iba y que quería dedicarse a tiempo completo a su labor filantrópica.
Dijo que se iba poco a poco. Y no del todo. Pero se va.
Gates, de 50 años, y Steve Ballmer, el consejero delegado, amigo, compañero de facultad, lo habían hablado hacía tiempo y el jueves lo anunciaron. Habrá dos años de transición en los que irá delegando el día a día de sus funciones como arquitecto jefe de software (el alma máter de la empresa) a sus dos sustitutos, Ray Ozzie, de 50 años, y Craig Mundie, de 54.
Gates dijo que no se ve nunca fuera de Microsoft del todo y que permanecerá como presidente y consejero para cuestiones importantes. Además no va a deshacerse de su 9,6% del capital (valorado en 21.600 millones de dólares, unos 17.000 millones de euros).
El mercado recibió con cierta tranquilidad el anuncio de quien se considera parte esencial de la marca de Microsoft, el inventor del software moderno y un visionario que aprovechó un contrato con IBM en los ochenta para convertir el sueño del ordenador personal doméstico en una aspiración con fundamento.
'La retirada de Gates de las operaciones de Microsoft estaba anticipada y creemos que los planes de transición que han dado lugar al anuncio del jueves comenzaron en septiembre de 2005, cuando la empresa se reorganizó en torno a tres divisiones', explicaba en una nota a inversores JPMorgan.
Gates admitió su peso como icono al señalar el jueves que el mundo 'tiene una tendencia desproporcionada a enfocar su atención sobre mí', no obstante también dijo que creía que se podría hacer esta transición 'sin perdernos nada'. Y para ello lo ha dejado todo atado antes de su retirada, como apuntaba JPMorgan, y con una etapa de sucesión larga a favor de dos personas en las que tiene confianza.
æpermil;sta es más llamativa en el caso de Ozzie, uno de los pocos competidores de los que Gates tenía una favorable opinión. Ozzie, que será el nuevo arquitecto jefe de software, es un hombre de genio creador, responsable del programa Lotus. El sustituto de Gates, entró en Microsoft en 2005 cuando su empresa Groove Networks fue adquirida por el fabricante de Windows. Analistas y consultores coinciden en que, a pesar de los méritos de Gates, que se reserva como consultor y presidente el derecho de torcer el timón en última instancia, la transición puede ser tranquila.
'Desde que dejó en 2000 su puesto de consejero delegado, ha estado preparando la compañía para el día en el que se hiciera su anuncio de despedida. Es un modelo de planificación de sucesión que debería usarse como guía', explicaba John Challenger, experto en gestión de Challenger, Gray & Christmas.
La decisión de Gates llega en un momento complicado para la empresa. La compañía, que no ha cerrado del todo sus problemas con la justicia, ha sufrido serios reveses por el retraso de su nuevo sistema operativo sustituto de Windows (el Vista) y por la competencia que les presentan nuevos rivales en internet, especialmente Google y Yahoo. El mercado le ha penalizado este año con una caída del 15,4%. La compañía tiene planes de plantar cara a Apple y su negocio musical y están desarrollando un competidor del iPod, pero la preocupación de los analistas es que ahora suele estar por detrás de sus competidores y no por delante como antes.
Gates no le dio más importancia y dijo que nada le haría cambiar su decisión. 'No conozco ningún momento en nuestra historia en la que no se haya cuestionado la posición de Microsoft'.
La mayor fundación caritativa del mundo
Un equipo de científicos del Biodesign Institute de Arizona trabaja en el desarrollo de vacunas a partir de plantas para curar enfermedades como la malaria. Son poco rentables por el bajo, o ningún, poder adquisitivo de sus posibles receptores (el tercer mundo) pero cuando se les pregunta quién va a producir y distribuir la vacuna, si esta prospera, en el Instituto responden: Bill Gates.Desde que en 1994 el entonces presidente y consejero delegado de Microsoft decidiera crear una fundación para canalizar sus donaciones, el trabajo como filántropo le ha demandado más energía. Gates ha señalado que quiere donar su fortuna, calculada en 50.000 millones de dólares, y que le convierte en el hombre más rico del mundo.Aquella fundación fue evolucionando y desde 2000, y al lado de su mujer, concentra sus esfuerzos en luchar contra enfermedades, sobre todo las olvidadas del tercer mundo, y analfabetismo. El consejero delegado de Microsoft, su amigo Steve Ballmer, decía que Gates pasa de ser un gran visionario a 'un gran filántropo'.El mayor del mundo. La fundación Bill y Melinda Gates cuenta con 29.100 millones de dólares, es la mayor con diferencia (la Ford, 11.600 millones) y para ella trabajan 240 personas que esperan que la visión que dio forma a Microsoft la dé a la cooperación.Donar no es fácil. La fundación de los Gates da 1.400 millones de dólares pero tiene críticos que dicen que aunque ha otorgado aire empresarial a la filantropía, muchos proyectos son más de relaciones públicas que una elección por la mejor opción científica. Con la llegada de Gates, no sólo se esperan más fondos, sino mejoras e innovación en una tarea en la que a veces se necesita más imaginación y conocimientos que dinero.