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Tribuna
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Los trabajadores de la banca y los beneficios

Es un hecho cierto que los beneficios obtenidos el último ejercicio por los bancos han sido los más altos de la historia, lo que denota la solidez de nuestro sistema financiero, situación por la cual todos debemos de felicitarnos. También es obvio que estos resultados se han producido, entre otros motivos, por la profesionalidad y el buen hacer de sus trabajadores. Ello ha conllevado un importante incremento de dividendos para los accionistas y una subida muy elevada de las percepciones de sus directivos.

No obstante, esos directivos saben que existe la posibilidad de que sus generosos emolumentos se volatilicen en el futuro si los propietarios mayoritarios de las acciones así lo decidiesen. Toda vez que la banca española tiene una destacada participación accionarial extranjera en manos de fondos de pensiones, ha procurado que éstos no se planteen que están invirtiendo en sociedades anónimas insolidarias con la sociedad.

De ahí que haya habido un cierto incremento en lo que ellos denominan responsabilidad social corporativa (RSC), pero que sigue siendo aún muy insuficiente, pues sus aportaciones sólo van encaminadas a realizar campañas de imagen que tienen como objetivo aparentar que existe esa solidaridad y que revierten a la sociedad parte de lo que de ella extraen.

Pero esa RSC nada tiene que ver con lo que conocemos como responsabilidad social de las empresas (RSE) y que debe tener como referentes otros colectivos y otros objetivos sociales, como pueden ser las relaciones con la clientela, los accionistas, los proveedores, y sus propios empleados, además de invertir en actividades de interés social, en empresas no contaminantes, etcétera.

Centrándonos en sus trabajadores, resulta hiriente la confusión que se está produciendo al no especificar que las subidas que está percibiendo la alta dirección nada tiene que ver con lo que recibe el resto de la plantilla, que son los auténticos artífices de una gran parte de los beneficios obtenidos. No se sorprendan los lectores, pero la auténtica verdad es que los trabajadores de banca recibiremos en 2006 lo mismo que recibimos en 2003, 2004 y 2005 en concepto de participación en beneficios.

Los empresarios podrán argumentar que el artículo 18 del convenio vigente establece que el sistema de participación de los bancarios en los beneficios de la empresa tiene una relación directa con los dividendos repartidos a los accionistas, pero no podrán desmentir que el citado artículo fija un tope de 15 cuartos de paga como máximo, ni que ese tope ya se ha alcanzado en las principales entidades hace más de un lustro.

Desde UGT hemos insistido en la necesidad de acompasar este artículo del convenio a la realidad, pero la patronal bancaria, AEB, se ha negado en redondo a modificar este tope, no aceptando diálogo al respecto. Nos encontramos, por lo tanto, ante una gran injusticia, pues mientras la alta dirección y los accionistas perciben un aumento de su participación en los resultados del banco, la mayoría de los trabajadores seguimos estancados desde hace muchos años.

En las juntas de accionistas de la banca de este año, los sindicatos hemos denunciado la injusticia de esta situación, así como las prolongaciones ilegales de la jornada, la indeterminación de los cometidos de los diferentes niveles profesionales de la plantilla, la imposibilidad de acceso a determinados puestos medios y superiores por capacitación, el reconocimiento de un nivel profesional adecuado para los jóvenes que se incorporan a los bancos, la participación de la mujer en los órganos de dirección, los sistemas de distribución de incentivos y retribución variable, etcétera. Para todos estos aspectos vamos a seguir presentando alternativas para que los trabajadores seamos tratados como corresponde a uno de los sectores más punteros de la actividad económica española.

Si la RSE adolece de grandes carencias en el sector de banca, siendo sólo un mero escaparate, en lo que respecta al trato dado a los trabajadores chirría de una manera realmente escandalosa.

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