Mordashov tendrá la llave en las decisiones clave de futuro de la compañía de Luxemburgo
Los representantes de Arcelor y Severstal ya han hecho las cuentas de cómo se distribuirán los puestos en el consejo de administración tras su acuerdo de integración. En este reparto, si consiguen materializar su alianza tras la junta del próximo día 30, le han reservado a Alexei Mordashov, llamado a convertirse en el accionista de referencia con el 32% inicial, la presidencia del comité de estrategia, un lugar clave para el futuro de la compañía luxemburguesa.
En el pacto, se ha estipulado que el propietario de Severstal, siempre que controle un 25% del capital de Arcelor, podrá nombrar dos de los cuatro consejeros que formarán una comisión que, mediante el sistema de mayoría simple, se encargará de tomar las decisiones estratégicas de calado para ser posteriormente debatidas por el consejo de administración. Es decir, que Mordashov tendrá la llave sobre determinados asuntos esenciales, aunque las partes se comprometen 'a la búsqueda de un consenso previo a todo debate y decisión' de su máximo órgano de gobierno.
El comité presidido por Mordashov, que será también nombrado copresidente (president) del consejo de administración, decidirá sobre toda modificación del plan estratégico a largo plazo que incluya inversiones, ventas, fusiones o acuerdos con otras compañías que supere los 300 millones de euros.
Ampliaciones de capital
También dictaminará sobre todo cambio significativo en los productos o la estrategia comercial de Arcelor que tenga 'un impacto superior a los 300 millones'. Además se reserva las decisiones sobre emisiones significativas de deuda, ampliaciones de capital, dividendos, cambios en la estructura jurídica y reestructuración financiera.
En principio, la dirección general presidida por Guy Dollé aumentará su número de miembros de cuatro a seis, dos de los cuales serán nombrados por Mordashov. El multimillonario ruso también mantendrá el 25% de los derechos de voto de Severstal (que seguirá cotizando en Rusia) durante los próximos 7 años, un porcentaje, que según la legislación rusa, le faculta para oponerse a un importante número de decisiones sobre su futuro.