La migración de banqueros entre Londres y Madrid
Sin duda es un apéndice dentro del movimiento de ejecutivos en Europa. Pero el movimiento de banqueros entre Londres y Madrid, es notable, no sólo por su número, sino por las oportunidades que ofrece, tanto a los ejecutivos cómo a los bancos que se proveen de talento.
Efectivamente, muchos bancos tienen en Londres sus centros de trading, de estructuración, de desarrollo de producto, sus analistas de Bolsa y sus especialistas en fusiones y adquisiciones o en financiaciones estructuradas. Esos bancos han visto crecer sus equipos y han tenido que moverse, por necesidades de espacio, de la City londinense a Canary Warf, junto al Támesis.
Allí por lo general hay más y mejores especialistas de cualquier producto o de cualquier mercado. Por ello las entidades españolas, cuyo ámbito de acción es cada vez más global se suman frecuentemente al resto de los bancos buscando allí talento. Tener holandeses, italianos o alemanes en los equipos de Madrid, muchos llegados vía Londres, es frecuente y además distinguido.
Los bancos concentran en un solo lugar a sus especialistas para ofrecer profundidad y eficacia a sus clientes. Con la moneda única y la desaparición de barreras, los clientes (empresas e inversores) pueden operar con aquellos bancos que ofrezcan mejores equipos, precios, mayor acceso y menos intermediarios. Muchas entidades alemanas, francesas, holandesas y desde luego americanas eligen Londres como cabecera de sus unidades de negocio. Aunque la ciudad es tremendamente cara para empleados y empleadores, atrae a buenos ejecutivos, que vienen desde los lugares más remotos de la aldea global.
Las razones históricas explican en parte este flujo hacia Londres, pero lo principal es que se trata de una plaza grande, con gran vocación internacional y muy libre. Hay mayor meritocracia, libertad de contratación y flexibilidad en la compensación. Cuenta con universidades que atraen talento de todo el mundo (Oxford, Cambridge, LSE, etcétera) y medios de comunicación (Financial Times o The Economist) con rigor y vocación internacional sin igual. Aunque la moneda local sea la libra esterlina, eso no parece ser un inconveniente. Allí se pueden encontrar y contratar a los banqueros más destacados de Europa en cada especialidad. Muchos de ellos no son ingleses, pero se sienten a sus anchas.
Para las instituciones españolas no se trata sólo de traer a España a estas personas, valiosas y con perfiles diversos. Deben procurarles una integración exitosa, facilitar que fluyan cambios, aceptar la fuerza y las ideas que aportan, abrir caminos para aquellos con potencial, etcétera.
Normalmente, cuando un joven ejecutivo español recibe la oferta de trabajar en Londres la considera con toda atención. A menudo son jóvenes, de ambos sexos, con una edad no superior a los 30 años, una buena formación (Icade, Cunef, Esade, ), una sólida base matemática y un buen nivel de idiomas.
No son pocos los que repiten esta migración varias veces a lo largo de su carrera, aun cuando conlleva sacrificios y penalidades. Allí el ritmo de trabajo es fuerte, las demandas en términos de idioma son altas, se vive una gran presión por lograr los objetivos, la incertidumbre es alta, los viajes son constantes y el trabajo es a contrarreloj. Es un proceso de selección natural que favorece la supervivencia del más fuerte.
Algunas innovaciones ayudan a sobrellevar esta vida. Las blackberrys permiten aprovechar vacaciones o fines de semana largos en España, manteniendo el contacto con clientes y colegas. Con Skype incluso puedes ver a los miembros de tu equipo sin costo. Con Easyjet puedes dejar Londres todos los fines de semana.
Bancos y cajas de ahorro en España, que quieren montar equipos para jugar en primera división, con especialistas de producto y de mercados capaces de competir con los mejores deben acudir a ejecutivos basados en Londres, además de buscar localmente. Para estas entidades el ámbito de acción es cada vez más el europeo. Su problema es cómo ofrecer a estas personas un paquete de remuneración atractivo, pues allí el mercado paga mucho a quien previamente lo ha ganado para su banco.
Muchos de los jóvenes que se fueron, deciden volver cuando están en el entorno de los 35 años y tienen un proyecto de familia. Ellos son candidatos de referencia para cualquier búsqueda de altos directivos que se produzca en España. Y, para muchos, el regreso a Madrid implica quizá sueldos menores a cambio de mayor estabilidad y mejores condiciones para desarrollar el proyecto de familia.