Trichet sube los tipos de interés al 2,75% y afirma que seguirá la senda alcista
El BCE encarece otro cuarto de punto el precio del dinero para contener la inflación
Allegro, ma non troppo. Con este término musical se puede definir el ritmo impuesto por el presidente del Banco Central Europeo a la hora de subir los tipos de interés. La reunión de ayer en Madrid del Consejo de Gobierno se saldó con una subida de un cuarto de punto, para dejar el precio del dinero en la zona euro en el 2,75%. En la rueda de prensa posterior, Trichet dejó claro el panorama más probable para los próximos meses: remoción paulatina de la 'acomodación monetaria', en forma de anunciar alzas moderadas de los tipos. El Consejo de Gobierno llegó a plantearse una subida de medio punto, pero 'el sentimiento ampliamente mayoritario era el de subir un cuarto', afirmó Trichet. Así, el ritmo suave pero sostenido continúa.
Desde que en diciembre pasado el BCE pusiera fin a tres años con tipos de interés en el mínimo histórico del 2%, se han producido tres alzas de sendos cuartos de punto, separadas cada una de la siguiente por un trimestre. Flanqueado por el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, y el vicepresidente del BCE, Lucas Papademos, Trichet explicó que, si se cumple el escenario que baraja el BCE -como, a su juicio, ha sucedido hasta ahora- 'subsiguientes retiradas de la acomodación monetaria están garantizadas'. Ese 'escenario' es el de un crecimiento del PIB cercano al potencial y un precio del petróleo en los altos niveles actuales. Si se mantiene el ritmo de subidas inaugurado hace seis meses, 2006 se cerrará con los tipos en el 3,25%.
Existencia de riesgos
¢Las autoridades estatales son responsables de los diferenciales de inflación¢
Una vez más, el motivo de la subida es la existencia de 'riesgos alcistas' para la estabilidad de precios. El BCE define este concepto como una inflación ligeramente inferior al 2%, un techo sistemáticamente roto en los últimos años. El IPC armonizado de mayo sitúa la inflación de los Doce en el 2,5%. En la trastienda, la subida del petróleo: la cotización del barril de Brent roza los 70 dólares, un precio que supera en un 45% al que tenía hace un año. La todavía tímida demanda interna de la zona euro permite, de momento, capear el temporal inflacionista; pero Trichet quiere dejar claro que no habrá margen de error. Además, sostiene que sólo controlando los precios se puede garantizar un crecimiento estable de la economía.
La subida de un cuarto de punto era la apuesta de la mayoría de los analistas. Los datos macroeconómicos empiezan a avalar los buenos indicadores de confianza de los últimos meses, y el rectorado del BCE estima que la recuperación no se verá amenazada por la suave retirada de la 'acomodación monetaria'. Trichet reconoció ayer que puede hablarse de endurecimiento monetario, pero dejó claro que prefería la perífrasis anterior.
Preguntado por los diferenciales de inflación existentes entre países de la zona euro, Trichet recordó que el BCE sólo puede tomar sus decisiones en base a la subida media de precios de los Doce. 'Los diferenciales son responsabilidad de las autoridades estatales', explicó. España mantiene aquí una posición poco envidiable, pues el diferencial de IPC respecto a la media de la zona euro supera el punto porcentual, incidiendo en la pérdida de competitividad. La senda alcista de los tipos de interés, aunque de tono moderado, es más apropiada para países con inflación alta, pues contribuye a enfriar la economía y a corregir de forma paulatina la sobrevaloración de activos como los inmobiliarios, un problema al que se refirió ayer Trichet.
La reunión de ayer, en la que participaron el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Junker, es el segundo cónclave del Consejo de Gobierno del BCE que se celebra en Madrid. En 2000, el órgano rector de la política monetaria inició en la capital de España su costumbre de reunirse dos veces al año fuera de su sede de Fráncfort. Doce salidas en las que no se habían movido los tipos de interés. Hasta ayer.
El petróleo rebaja el crecimiento esperado en 2007
El máximo responsable del BCE certificó ayer la mejorada salud de la economía de los Doce. Trichet se refirió a las previsiones de primavera de la Comisión Europea, que sitúan el crecimiento en el conjunto de 2006 en un 2,1%, muy por encima del 1,3% del año pasado. Bruselas llegó incluso a revisarlas la semana pasada, elevando en tres décimas la previsión para el segundo trimestre.Los datos reales del primer trimestre, recogidos por la oficina estadística Eurostat, sitúan el crecimiento del PIB en un 0,6%, el doble que en los tres meses previos. Trichet recordó este avance, y afirmó que la mayoría de los organismos supranacionales sitúan el crecimiento de la zona euro cerca de su potencial (ligeramente por encima del 2%) en los próximos meses.Una vez dejado claro su optimismo, el presidente del Banco Central Europeo anunció un ligero retoque a la baja en las previsiones que elabora el propio organismo emisor. El rango para el año en curso se mantiene entre el 1,8% y el 2,4%, pero el pronóstico para 2007 se deja en un abanico del 1,3% al 2,3%, 'ligeramente inferior' al anunciado el mes pasado y que 'refleja, sobre todo, la reciente subida en los precios del petróleo'. El oro negro también ha llevado a elevar la previsión de inflación, hasta el entorno del 2,3% este año y del 2,2% el próximo. El BCE considera que los riesgos a la baja para este buen panorama están controlados en el corto plazo. A más meses de distancia, el peligro podría venir, como es habitual en los últimos años, de nuevos encarecimientos del crudo y de los desequilibrios globales (financiación del déficit corriente de Estados Unidos por las economías del sureste asiático). Pero Trichet citó ayer expresamente una amenaza más: el proteccionismo.El responsable monetario recordó que, junto con el control de los precios, una de las prioridades del BCE es 'promover el mercado único'. Sin mencionarlo, Trichet se refería a las recientes veleidades proteccionistas que han demostrado algunos Estados para hacer frente a opas hostiles de empresas de otros países de la UE (casos de BBVA sobre BNL, en Italia, o de Eon sobre Endesa, en España).