Alierta y los inversores

La primera y legendaria reunión de los inversores de Telefónica fue en la playa Copacabana de Río de Janeiro durante la burbuja de internet. El evento anual se ha vuelto menos exuberante -se celebró jueves y viernes en Valencia- pero no el operador español. Desde 2004 ha destinado 35.000 millones de dólares en efectivo a adquisiciones (...).

La controvertidas operaciones en la República Checa y en China han resultado fructíferas. Pero, la compra de la británica O2 por 26.000 millones de libras ha sido un claro caso de pago excesivo (...). Sin embargo (...) las operaciones de Telefónica han funcionado extremadamente bien, presionando al alza las estimaciones de beneficios (...). En un mundo paralelo sin adquisiciones, Telefónica se hubiera superado considerablemente.

¿Y ahora qué? Los riesgos incluyen guerras de precios en Alemania y Brasil, una creciente competencia en España y un posible temblor en los mercados emergentes. Pero (...) éstos son manejables. La retórica de la adquisición se ha moderado. El presidente, César Alierta, ha sugerido que la juerga en Europa se ha acabado (...). Las deudas de Telefónica y las bajas cantidades percibidas por sus inversores deberían impedir cualquier tipo de trato en los próximos dos años (...).