'Tras el saneamiento interno, pensamos que la acción subirá'
Dogi ha finalizado su saneamiento interno al cancelar un crédito sindicado y realizar una emisión de obligaciones de 68 millones. El grupo inicia ahora una etapa de inversiones
Dogi se convirtió en 2000 en el líder mundial de tejidos elásticos para ropa íntima con la compra de las factorías de Sara Lee. La operación le permitió modular el proceso de deslocalización del sector textil hacia Asia, pero disparó su nivel de endeudamiento. Tras unos años de crisis, la empresa afronta una etapa de inversiones para duplicar la capacidad en China. La compañía también quiere modernizar sus instalaciones en España con la construcción de una nueva planta que sustituirá la que dio origen al grupo en El Masnou (Barcelona), ubicada en la calle Pintor Domènech, un hermano del abuelo de Sergi Domènech, director comercial y miembro de la segunda generación de la familia fundadora.
La compañía ha registrado pérdidas de 0,7 millones en el primer trimestre, pero prevé cerrar con beneficios este año...
Estamos muy animados porque creemos que hemos tenido unos buenos resultados entre enero y marzo, que permitirán cerrar 2006 con beneficios. El nuestro es un negocio muy estacional. El último trimestre del año es el mejor, y los dos primeros, especialmente el primero, son los más flojos. Además, hemos registrado un sobrecoste debido a la cancelación de un crédito sindicado y a los intereses del 5% de la emisión de obligaciones realizada. Estos efectos se diluirán durante el resto del año.
¿Les ha sorprendido el éxito de la emisión?
Estamos muy satisfechos. La situación actual del mercado es muy buena para todo lo que sea ampliaciones y salidas a Bolsa. Se ha convertido el 97% de la emisión y el 3% restante es gente que se olvida, que no ha ido al banco, o que se le traspapela.
El fondo especializado Holte Capital se ha convertido en el segundo accionista de la empresa.
La familia Domènech mantiene el 29% del capital y el fondo inglés Holte ha tomado el 9,1% tras la conversión. Vinieron a vernos y no tienen ningún tipo de ambición más que tener una buena rentabilidad financiera en el tiempo. Normalmente estos fondos fijan un periodo de cuatro años de permanencia.
¿Han entrado otros accionistas con la emisión?
No tenemos noticias de ningún accionista con más del 5% del capital, y con el 2% y 3% están algunas entidades, como la aseguradora Fiatc o la sociedad Gaesco.
Pero, ¿les parece bien este equilibrio accionarial?
Lo que tenemos claro es que el núcleo duro es la familia Domènech, que tiene un porcentaje que después de las diluciones de las últimas ampliaciones ha llegado a un 29%, pero no por un deseo de desinvertir en la empresa sino porque ha entrado más capital. En el año 2003 la familia Domènech planteó una ampliación tras la que la participación pasó de un 50% a un 68%. Después ha habido otras operaciones similares a las que la familia ya no ha podido aportar tanto. Sin embargo, ahora tenemos una empresa muy saneada, con un ratio de endeudamiento muy bajo del 22%. Por eso, hemos entendido que es mejor la situación actual que no una participación mayor en una compañía con un elevado endeudamiento.
¿La familia Domènech podría reducir aún más su participación?
No pensamos en realizar más ampliaciones de capital, por lo que en principio el accionariado es estable. Nos parece interesante mantener una participación por encima del 25%, porque si se reduce eres opable.
¿Cuál ha sido el comportamiento del valor en 2005?
El año pasado fue bueno. Lo que pasó es que al haber la emisión de obligaciones siempre existe una cierta dilución del valor. Cuando haces una ampliación de capital o emisiones, como multiplicas el número de acciones siempre se produce una caída, pero ha sido escasa y al final hemos acabado el año en positivo y por encima del Ibex.
¿Cree que la acción de Dogi aún tiene recorrido alcista?
Efectivamente. La empresa tenía una situación financiera delicada, que poco a poco ha mejorado. Estamos encajando toda la deuda y nuestros planes de crecimiento en Asia están empezando a ponerse en marcha, por lo que sabemos que cuando entremos en beneficios a finales de este año nuestra acción subirá mucho. Es lo que espera el mercado: cuando existen buenas noticias la acción sube y al revés.
¿Y el dividendo?
Todo el mundo quiere dividendo. Los accionistas se lo merecen y desde la empresa hay muchas ganas de agradecer la confianza que nos han depositado. Pero, cuando se pueda repartir no cabe ninguna duda que se hará. En 2005 era imposible. Para el año en curso tenemos que ver cómo acaba para decidir una posible retribución al accionista. Ahora estamos centrados en cambiar la imagen de Dogi, porque en los últimos tres años lo único de que se hablaba era sobre si Dogi sobreviviría o sobre las ampliaciones. Lo que queremos ahora es humanizar la empresa, porque al fin y al cabo hacemos un producto muy humano. No estamos directamente relacionados con el consumo, somos una empresa industrial, pero la gama de tejidos que elaboramos es bastante palpable y con una incidencia real en el mercado.
Mantiene la producción en Europa
A pesar de duplicar la producción en China, el grupo de tejidos elásticos prevé conservar el nivel de producción en Europa, con la referida construcción de la nueva factoría en El Masnou (Barcelona) y el mantenimiento de la segunda planta de Cardedeu (Barcelona). El centro logístico que cuenta en alquiler de Parets del Vallès, también en Barcelona, desaparecerá 'para reducir costes internos con la nueva factoría española', inicia Sergi Domènech. Dogi potenciará el centro alemán que heredó de Sara Lee. 'La factoría alemana es básica para nosotros', asegura Domènech, que destaca su especialización en un nicho de mercado de tallas grandes, con un elevado valor añadido. Parte de la inyección de capital de la emisión de obligaciones servirá para financiar estas inversiones, incluyendo el último acuerdo para formar una empresa en Sri Lanka con dos socios para abastecer el mercado de India. Domènech remarca que pertenecer al sector textil no penalizará la cotización de Dogi en Bolsa, 'porque hemos conseguido un proyecto equilibrado. El inversor debe diversificar su cartera de fondos y nosotros sólo podemos crecer ahora'.