Z4 M Roadster, poder absoluto
El enérgico BMW exige manos expertas al volante
Si se valora como roadster puro y duro, un concepto que engloba un largo frontal, una zaga mínima, tracción trasera, baja carrocería biplaza con techo plegable de lona y planta musculosa, no hay un modelo capaz de igualar las características del nuevo BMW Z4 M Roadster, de 343 CV de potencia.
Disponible desde 67.200 euros, este vehículo se sirve de la mecánica del M3, con un enérgico propulsor de gasolina atmosférico de 3,2 litros y seis cilindros en línea que brinda una fuente inagotable de energía con cualquiera de las seis posibles marchas engranadas. El cambio es manual, sin opción al dispositivo robotizado SMG III que sí monta el M3.
El Z4 M Roadster se lanza a la conquista de los primeros 100 km/h en tan sólo cinco segundos, aumentando el ritmo hasta llegar a 250 km/h de velocidad máxima. Como puede imaginarse, pisar a fondo el pedal derecho y fundirse con el respaldo del asiento es todo uno.
Por otra parte, y para detener semejante ciclón, el Z4 M Roadster no repara en medios. Por ejemplo, disfruta de los discos de freno delanteros ventilados que también equipa el ligero y poderoso M3 CSL, un modelo casi de competición. Tampoco desmerecen un chasis concebido para negociar curvas ni un equipamiento con todo tipo de avances para garantizar una motricidad ejemplar. No faltan desde las llantas de aleación de 18 pulgadas -con ruedas traseras más anchas- hasta control de estabilidad DSC o diferencial autoblocante, capaz de recolocar el coche cuando se acelera sin contemplaciones.
Sin duda, es un automóvil indicado para manos expertas, pero con toda la batería electrónica de ayudas a la conducción conectada deja hacer y digiere abultados errores de conducción sin mayor sobresalto, incluso cuando el firme no se encuentra en perfectas condiciones.
Por lo demás, y pese a su procedencia norteamericana -la gama Z4 al completo se produce en las instalaciones que BMW posee en Spartanburg (Carolina del Sur)-, la calidad es otra nota distintiva. De hecho, ajustes y materiales son impecables, con salpicadero forrado en cuero, asientos deportivos forrados en piel, techo eléctrico (en opción se ofrece un hard-top para los meses más gélidos del año), alumbrado de xenón y sistema de sonido, entre otras ventajas del lujoso equipamiento de serie.