Los jueces avalan los acuerdos entre operadores de móvil
El Tribunal europeo de Primera instancia, con sede en Luxemburgo, anuló ayer parcialmente la decisión de la Comisión Europea sobre el acuerdo entre O2 y T-Mobile para compartir en Alemania las infraestructuras de la telefonía móvil de tercera generación (UMTS).
El veredicto rebate la teoría de la Comisión según la cual los acuerdos entre operadores para ofrecer servicios de itinerancia nacional suponen una restricción de la competencia. El varapalo llega en un momento en que Bruselas se propone acabar por la vía reglamentaria con las tarifas que se aplican en la itinerancia internacional.
'La Comisión no ha tenido en cuenta el contexto particular que se deriva de las características específicas de un mercado emergente como el de las telecomunicaciones móviles de tercera generación', afirma el Tribunal en la sentencia sobre el recurso de O2 (entonces propiedad de British Telecom y hoy de Telefónica) contra la decisión comunitaria.
Los jueces añaden que, en ese mercado, 'no se puede excluir que un acuerdo de itinerancia no sólo no restrinja la competencia, sino que, por el contrario, permita al operador más pequeño, en ciertas circunstancias, competir con los actores dominantes'.
Bruselas dio en 2003 el visto bueno a la propuesta de O2 y T-Mobile de compartir las infraestructuras necesarias (postes, estaciones, antenas, controladores de red, etc.) para ofrecer servicios de tercera generación. La autorización llegó en un momento en que la incertidumbre sobre el desarrollo de la nueva tecnología se había apoderado del sector.
Aún así, la Comisión consideró que los acuerdos sobre itinerancia previstos en el pacto suponían una restricción de la competencia y sólo los autorizó temporalmente (en 2008 expiraba el último plazo).