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Motor

Los nipones baten sus récords de producción fuera de Japón

Hace más de un cuarto de siglo, la industria japonesa del motor decidió salir de sus fronteras y ofrecer en el exterior sus competitivos productos. En 2005, Toyota encadenó su decimocuarta alza consecutiva de producción fuera de Japón. Nissan, por su parte, superó por vez primera los dos millones de unidades fabricadas más allá de sus fronteras. Los japoneses vencen lejos de Oriente.

Toyota, de esta manera, fabricó fuera de sus fronteras un 19% más durante el pasado ejercicio fiscal (finalizado el 31 de marzo), hasta llegar a la cifra de 3,73 millones de unidad. Honda logró superar por primera vez el umbral de los dos millones de coches producidos fuera de Japón, después de crecer el 11% y alcanzar la cifra de 2,2 millones de vehículos. Nissan, que cuenta con una planta en Barcelona y otra de camiones en Ávila, fabricó 2,07 millones de unidades en el exterior, el 12% más, el cuarto incremento consecutivo. La planta catalana de la compañía que preside Carlos Ghosn fabricó el 37,3% más durante el año fiscal, hasta 205.069 unidades.

Esta constante expansión de los tres grandes grupos japoneses se basa, obviamente, en su arrollador éxito en EE UU y en Europa, si bien en el Viejo Continente éste es más moderado. El pasado año, las tres compañías coparon el 28,2% de las 16,9 millones de unidades que se vendieron en EE UU, frente a la cuota de mercado del 26,2% de 2004. En Europa, los tres grupos coparon el 9,2% de los 14,9 millones de coches comercializados en el mercado. En 1990, esta proporción estaba en el 6,8%. Este continuo incremento en el negocio les ha obligado a abrir nuevas plantas en ambos mercados. La última compañía que podría tomar la decisión de inaugurar una factoría es Nissan, que estudia invertir en Rusia. Una tendencia expansiva que incluso contrasta con los continuos recortes emprendidos en los últimos ejercicios por GM, Ford o Volkswagen.

Su expansión industrial ha sido, además, rentable. Salvo algunas excepciones, como la aguda crisis financiera que atravesó Nissan en los noventa y que finalizó con la entrada de Renault en su capital, los tres grandes de Japón son los que mayores beneficios obtienen de toda la industria. Toyota, de hecho, gana más que sus principales rivales occidentales juntos.

Y Toyota pretende ensanchar esta distancia. La compañía invertirá 9.600 millones el próximo ejercicio para reforzar su actividad y su presencia en el extranjero.

Más de un cuarto de siglo de revolución

La entrada de los japoneses en los mercados occidentales data de principios de los setenta, cuando, en los inicios de una dura crisis provocada por el encarecimiento del petróleo, los consumidores comenzaron a buscar la eficiencia energética. Ante este filón, los japoneses comenzaron a implantar fábricas fuera de sus fronteras para atender la creciente demanda de vehículos asequibles y de bajos consumos. No tardó el Gobierno de EE UU en convencerles de que sería mejor establecerse en su país.Los nipones no sólo revolucionaron el mercado, sino también la propia fabricación. De hecho, Toyota ideó desde los años cincuenta el sistema just in time, que consiste en producir y servir productos acabados justo a tiempo de ser vendidos, y que no sería literalmente copiada por los fabricantes europeos hasta los años ochenta.

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