Boeing gana consistencia para arrebatar este año el liderazgo a su competidor Airbus
Este puede ser el año en el que la estadounidense Boeing vuelva a erigirse como primer fabricante mundial de aviones comerciales del mundo, superando a su rival europeo Airbus, la filial más rentable del consorcio EADS.
En 2005 Airbus recibió encargos por 1.055 aviones y entregó 378 mientras que Boeing entregó 290 aeronaves y recibió 1.002 pedidos. Por tercer año consecutivo, la compañía europea batía a Boeing, aunque por escaso margen, en el mejor año de la industria aeronáutica (en buena parte debido a la expansión del mercado asiático y las compras de las aerolíneas de bajo coste).
Sin embargo, en 2006 Airbus lo va a tener más complicado para revalidar su título de líder mundial. En el primer trimestre del año Boeing ya ha superado a su competidor europeo. La compañía estadounidense ha recibido entre enero y marzo 150 pedidos de aparatos, frente a las 90 solicitudes de nuevos aviones recibidas por Airbus; por entregas la compañía europea realizó 101, sólo tres más que Boeing.
Durante el mes de abril Boeing ha anunciado ya otros 80 aviones pedidos por China, por un valor cercano a los 4.000 millones de dólares, y el viernes anunció haber firmado un contrato con la aerolínea de bajo coste Southwest Airlines para la venta de 79 aviones B737-700.
El gigante europeo por otra parte parece ahora más centrado en solucionar el reparto del capital en EADS, después de que el grupo francés Lagardère y el grupo germano estadounidense Daimler Chrysler hayan hecho pública su intención de reducir su participación en el capital en un 7,5%.
Además, la británica Bae Systems, que tiene el 20% de Airbus, también ha adelantado su propósito de desprenderse de su participación.
Por otra parte, Airbus no ha recibido todavía este año nuevos pedidos de su avión estrella, el A 380 (el avión comercial más grande del mundo) y sus directivos debaten el futuro del A 350, un nuevo avión que debería competir con el 787 de Boeing, su mayor apuesta para los próximos años.
Las dos compañías aguardan además el desenlace, este año, de las denuncias interpuestas ante la OMC por los Gobiernos de EE UU y la UE por acusaciones mutuas de ayudas ilegales a ambas multinacionales.