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FMI

El desarme controlado de los desequilibrios mundiales

El FMI lleva años advirtiendo de los riesgos de los desequilibrios eocnómicos del mundo: falta de ahorro y excesivo déficit en EE.UU, bajo crecimiento y demanda interna en Europa y en Japón y la rigidez en las tasas de cambio en Asia. Amparados en un crecimiento global por encima del 4%, la urgencia para hacer complicados y dolorosos ajustes se ha rebajado. Pero ahora hay cambios y sensación de urgencia.

Después de las reuniones del G7 y el FMI este fin de semana, se ha llegado a un acuerdo para que este último organismo internacional, siente las bases para buscar un establecimiento controlado del equilibrio que evite ajustes desordenados. El escenario descontrolado tendría como primera consecuencia que el inmenso déficit por cuenta corriente de EE UU provoque un desplome desordenado del dólar.

Lo que se espera es que se haya una depreciación controlada de la moneda estadounidense, una rebaja que el propio Fondo ha estimado en su último análisis que debería producirse, que permita reducir el déficit de EE UU, animar el ahorro y desacelerar el consumo. En lo que se está de acuerdo en el FMI y G7 es que no hay lugar a tutelajes y acuerdos como el de Plaza de 1985 son irrepetibles.

El Fondo y los países más ricos dan el espaldarazo a las propuestas de Rato

Esta posible depreciación, que anticipaban los mercados el viernes (en parte también por la percepción de que habrá ya pocas subidas de tipos), perjudica las exportaciones de la UE cuya moneda ha sido la que más ha sufrido hasta ahora la rebaja del dólar. La solución para la UE pasa por aumentar la demanda interna. El FMI cree que las divisas asiáticas son las que tienen que contribuir esta vez. Las recetas pasan por que se aprecien éstas, sobre todo, la china.

Aunque este país se resiste, el Gobernador de su banco central, Zhou Xiaochuan, ha dicho que la apertura a los mercados internacionales, incluidos los tipos de cambio, puede ser acelerada. China tiene un fuerte superavit comercial con EE UU y es la Casa Blanca la que más presiona a Pekín.

La misión encargada al Fondo refuerza las teorías de su director gerente, Rodrigo Rato, de que 'los días en los que los ministros del G7 se sentaban en una habitación de un hotel y decidían sobre tasas de cambio han pasado'.

Rato recibe así por parte del G7 y los accionistas del Fondo, el espaldarazo a su propuesta de formulación de un nuevo instrumento multilateral de consultas para analizar de forma comprensiva y sistemática miembros clave de la economía global. Es parte de su propuesta para la reforma de la institución a medio plazo.

Con éste se quiere calcular la consistencia de las políticas de cambios y se propondrán acciones que afecten a miembros individuales y al sistema financiero. Se busca colaboración y acciones concertadas. Rato, que ha reunido este fin de semana a un comité de alto nivel con políticos y economistas para ampliar el debate teórico sobre los desequilibrios, dice que aunque no hay un calendario para poner en marcha este instrumento 'pero nos pondremos a trabajar en ello inmediatamente'.

En otoño, en la reunión de Singapur, se esperan avances en esta cuestión y en la nueva propuesta de cuotas de los países.

Inquietud preventiva al recorte inflacionista

De todos los riesgos que amenazan la bonanza económica global de los últimos cuatro años el que más perfilado está es el del impacto de los elevados precios del petróleo (que quedó por encima de los 75 dólares el barril el pasado viernes) y su impacto en la inflación. El FMI ya ha avisado que los bancos centrales no pueden contar a medio y largo plazo con los efectos benignos que se han producido en la inflación por efecto de la globalización y que los precios del crudo se van a mantener elevados. El Comité financiero del Fondo dijo que la 'inflación y las expectativas inflacionistas permanecen bien contenidas, pero con un menor exceso de capacidad se requiere vigilancia'.Los responsables del FMI admitían la semana pasada que no entendían del todo cómo no había más presión en los precios provocada por los altos costes de la energía algo que contemplaban como inevitable.La preocupación es que el alza actual esta provocada por la tensión en la oferta, dada la situación de tensión política con Irán, la falta de producción en Irak y los problemas internos en Nigeria. Anteriormente había sido la demanda la que había contribuido a un alza que era más sostenible.De momento, en EE UU la gasolina ha subido por encima de 3 dólares el galón, algo a lo que no están acostumbrados los conductores.Los ministros de finanzas del G7, reunidos con representantes de Arabia Saudí y Emiratos Árabes este fin de semana han expresado su preocupación y elevado la presión a los productores para que incrementen la oferta, sean más transparentes en lo que respecta a sus reservas e inviertan más, algo que el FMI dice que no se está produciendo.

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