_
_
_
_

Indemnizaciones mil millonarias

¿Qué piensa de los obscenamente generosos paquetes de indemnización que reciben los presidentes del consejo de administración que han fallado en sus trabajos? Siendo un pequeño inversor y un gerente que trabaja por un salario modesto, esto me pone furioso. Anónimo, Florida.

Usted no está solo en su enfado, pero asegúrese de que dirige su enojo en la dirección correcta porque puede que la culpa no esté en los miembros de los consejos de administración que ganan esas grandes cantidades de dinero. æpermil;stos, todo lo que hicieron, fue decir 'sí, gracias' cuando les ofrecieron un gran paquete retributivo.

Con más frecuencia de lo que se piensa, los presidentes de los consejos de administración simplemente se están beneficiando de una dinámica común y alarmante que comienza en la oficina de la junta directiva. Esto nos lleva a los verdaderos culpables, los directores de la compañía que son quienes están detrás de muchas de las debacles de las indemnizaciones y por una razón: su inclinación a no preparar la sucesión.

Muchos de los 'obscenos' arreglos que a usted le molestan no se crean cuando se echa al presidente que se equivoca, sino cuando se contrata a alguien que viene de fuera porque la compañía ha fallado al crear una reserva de talentos internos.

Aunque los presidentes de los consejos de administración promovidos a nivel interno tampoco son baratos -aumento de salario substancial, más altas recompensas ligadas con el rendimiento, un montón de beneficios extras y una oficina más grande es lo básico- el arreglo se vuelve más caro cuando hay que atraer a un 'príncipe azul' para que salve a la compañía de sí misma. Estos salvadores, además de conseguir todo lo que obtienen los empleados de la compañía reciben la garantía de un premio de consolación aunque fracasen y esto es lo que explica por qué los arreglos están sellados. Sin una protección de esa clase, nadie de fuera de la empresa aceptaría el mayor riesgo de los puestos.

Por supuesto, no todos los líos de las indemnizaciones van asociados a los presidentes de los consejos que vienen de fuera. Los jefes que vienen de dentro de la casa también fallan y también se les despide con más dinero del que podrían merecer, lo que es igual de mortificante. Pero la dinámica de la que ahora hablamos es diferente y comienza cuando se necesita un nuevo presidente del consejo y, buscando en el interior, la empresa advierte que no planificó esta situación.

Un primer paso es contactar con un cazador de talentos, cuyo apetito por lograr un puesto de éxito está casi al nivel del pánico de la junta directiva. El proceso se completa cuando localizan a un candidato perfecto que suele estar en un maravilloso y seguro empleo que no tiene la intención de dejar salvo que el arreglo sea conveniente.

Un caso de este tipo se vivió en Hewlett-Packard cuando en 1999 la junta directiva decidió cambiar su presidente del consejo. La falta de candidatos internos lanzó a los cazadores de talento a una búsqueda a nivel nacional. Rápidamente encontraron a Carleton S. Fiorina, que tenía una gran carrera en Lucent Technologies. La contrataron a bombo y platillo con una oferta que, sobra decirlo, no pudo rechazar. Pero, como todo el mundo sabe, los seis años de Fiorina en HP estuvieron plagados de disensiones, hasta el punto de que, cuando la echaron, muchos pensaban que su bono de despedida era modesto aunque se aproximó a los 40 millones de dólares. Eso desencadenó un amplio revuelo, la mayoría dirigido contra Fiorina. Pero fue la junta directiva la que negoció el pago de la indemnización y lo hizo cuando Fiorina entraba por la puerta grande y no cuando salió.

A veces, los finales son más felices. En 2002, un desastroso escándalo de contabilidad golpeó a Tyco y se prescindió del presidente del consejo. Como era previsible, la junta directiva recurrió a los cazadores de talento, quienes pusieron la mira en Edward D. Breen, un respetado ejecutivo de Motorola. Pero Breen no iba a renunciar a una floreciente carrera en una compañía impoluta para limpiar el caos de Tyco con un acuerdo corriente. Su paquete incluía, por supuesto, la exigencia de un gran desempeño, pero también un montón de protecciones por si las cosas no funcionaran. Afortunadamente, Breen está haciendo un buen trabajo en Tyco.

Los obscenos paquetes de indemnización son terribles, pero no son sólo culpa de quienes los perciben. Lo realmente malo es que las empresas hayan tenido que contratar a estas personas de fuera. Es realmente malo que las juntas directivas no hayan invertido suficiente energía en preparar candidatos internos.

Las juntas directivas sólo tienen un trabajo más importante que éste: entrenar y apoyar a su actual presidente del consejo. Por desgracia, este problema tiende a empeorar y la razón está en la ley Sarbanes-Oxley que ha hecho que muchas juntas directivas estén en un estado de frenético micro manejo de actividades fuera de su ámbito. Hoy en día, están más preocupadas con las minucias de la contabilidad que con el desarrollo de su gente. ¡Qué lástima!

Así que, en este tema, estamos de su lado, pero no vaya al blanco más fácil, sino al blanco correcto.

Archivado En

_
_