PSA crea una importadora en China para ampliar la gama y recuperar rentabilidad
Rentabilizar el creciente consumismo chino. æpermil;sta es la intención del segundo fabricante de coches de Europa. PSA Peugeot Citroën prevé duplicar la producción en dos años, hasta 300.000 vehículos. Con este fin lanzará un tercer prototipo este año en el país. Además, acaba de crear una filial para poder importar vehículos de gama alta.
Peugeot y la marca del dragón de nieve y acero (el significado de Citroën en chino) aceleran la apuesta por China, el tercer mercado mundial de vehículos por ventas y el quinto por producción. Tras un 2004 con margen operativo negativo, el año pasado significó la vuelta a la rentabilidad y el crecimiento. Ahora, PSA, toma velocidad de crucero con su socio chino, Dongfen, el tercer fabricante del país, en la alianza que comparte al 50%. Prevé duplicar la producción en 2008 con respecto a los 140.000 vehículos vendidos el año pasado (100.000 de Citroën y 40.000 de Peugeot) para llegar a los 300.000. Para este ejercicio, la previsión es cerrar con ventas de 200.000 unidades. Por ello, el grupo duplicará la capacidad de su fábrica en Wuhan, tarea en la que invertirá 180 millones.
En la batería de medidas que ha tomado figura la creación en el gigante asiático de una filial propiedad al 100%, después de que en octubre el Gobierno levantara la restricción de crear sólo empresas con participación máxima de un 50%. Así lo explicó Jean-Martin Folz, presidente de PSA, en Wuhan. Se trata de una de las primeras licencias conseguidas por un fabricante en el mercado. La nueva empresa, Peugeot Citroën China Automotive Trade, permitirá la importación a gran escala de modelos de gama alta que PSA no fabrica en el país. El primer ejemplo es el C-5, que ya se está importando. Después, vendrán otros modelos, como el C-6 o posiblemente el Peugeot 407. La marca Peugeot entró en 2004 en China, con su modelo 307 Sedan, el cual reforzó la posición conjunta con Citroën.
Ahora toca a esta marca renovar la oferta y adaptarla más al gusto chino. De los tres modelos que PSA lanzará este ejercicio, dos llevan la marca de Citroën. Y los dos persiguen ampliar la gama a los dos extremos: los utilitarios más pequeños, hasta hace poco con baja aceptación por parte de los clientes chinos, y los de segmento alto. El C-Triomphe que lanzó en febrero ocupará este último segmento. Y en torno a noviembre nacerá un nuevo utilitario compacto que PSA aún no quiere desvelar.
Entre los planes de PSA también se incluye abrir nueva plataforma, la tercera en este país, que fabricará modelos de gama alta, como los C5 o C6. Esta decisión posibilitará que hasta 2009 PSA lance nueve modelos. Y antes de 2010 instalará una nueva planta, la tercera que se suma a las de Wuhan y Xiang Fan.
PSA ha invertido en torno a 350 millones desde que desembarcó en China en 1992. Actualmente, es un mercado con casi 40 millones de vehículos, una penetración del 5% y una tasa de crecimiento del 26% en 2005, lo que hace que la competencia sea asfixiante.
Un papel 'central' para la planta de Vigo
España sigue ocupando un lugar predominante para PSA. La factoría de Vigo representa y seguirá representando 'un papel central' en el plan de negocio, declaró a Jean-Martin Folz. La continuidad está garantizada. Habrá nuevos modelos para renovar el Xsara Picasso, el Partner y Berlingo 'no a muy largo plazo'.China no está exenta de obstáculos, al ser un país donde la renta media en las capitales ronda los 1.400 euros y donde tener coche es un lujo. Y como no hay confianza en la banca, una gran mayoría lo compra al contado, con ayuda de familiares. El Gobierno tiene reformas pendientes, como la preocupación 'inmediata y prioritaria' sobre la normativa medioambiental. Y una esperanza: la desaparición de la traba de participación máxima del 50% en una empresa en China.