Retrasar el envejecimiento sin pasar por el quirófano
La mejor prueba de la popularidad que están alcanzando los tratamientos antienvejecimiento que no implican cirugía está en echar un vistazo a las últimas novedades en cremas de belleza. Productos que prometen efectos similares al de la toxina botulínica, incluyen ácido hialurónico o aseguran compartir las propiedades de los peelings químicos copan los departamentos de cosmética y abarrotan las secciones de parafarmacia en un intento de aprovechar el tirón de este mercado.
La popularidad de estos tratamientos médicos se basa en tres grandes motivos: suavizan los primeros signos que el tiempo deja en el rostro, retrasan el envejecimiento y no exigen pasar por el quirófano. 'Están indicados a partir de los 30 o 35 años, que es cuando comienzan a notarse los signos de envejecimiento. Son pacientes que buscan mejorar el aspecto de la piel sin tener que someterse a cirugía', explica el doctor Ángel Juárez, cirujano plástico de la clínica de La Zarzuela en Madrid.
Entre el abanico de opciones de que disponen los especialistas, hay técnicas para todas las necesidades. 'Los peelings químicos se aplican, por ejemplo, para mejorar la calidad de la piel y eliminar los comedones. También utilizamos peelings para tratar esas manchas que comienzan a aparecer a partir de los 30 años y para suavizar las arrugas de expresión que ya molestan a esa edad', señala Juárez. En el caso de un paciente que necesite mejorar la calidad de la piel, el tratamiento consiste en una sesión semanal durante dos o tres meses, que deberá repetirse cada año o año y medio.
El ácido hialurónico y la hidroxiapatita se usan para rellenar arrugas y revitalizar
Entre las técnicas que están experimentando un mayor auge destacan los materiales de relleno, que pueden ser temporales o permanentes. 'Yo , personalmente, soy partidario de los materiales temporales, porque las necesidades de un paciente a los 30 años no son las mismas que tendrá a los 65 y eso hay que tenerlo en cuenta para que los resultados sean satisfactorios y naturales', advierte el cirujano de La Zarzuela.
El ácido hialurónico (en España comercializado para uso cosmético bajo el nombre de Restylane) y la hidroxiapatita son dos de los materiales más utilizados actualmente. Su uso está indicado para dos objetivos: el relleno de arrugas y la revitalización de la piel. Frente a sustancias de origen animal como el colágeno, el ácido hialurónico y la hidroxiapatita tienen la ventaja de no producir reacciones adversas. 'El colágeno apenas se utiliza ya frente a estos otros materiales que son muy inocuos. La hidroxiapatita, por poner un ejemplo, es la sustancia que utilizan los traumatólogos en las infiltraciones', aseguran desde La Zarzuela.
La radiofrecuencia, destina a combatir el descolgamiento de los tejidos y el láser, cuyo objetivo es una renovación más profunda de la piel, son otras de las técnicas más utilizadas por especialistas y demandadas por pacientes.
Sin embargo, el tratamiento estrella en los últimos tiempos es la toxina botulínica. Aprobado en España para uso cosmético a principios de 2004, su gran ventaja es que paraliza temporalmente los tejidos y suaviza las arrugas de expresión. 'La toxina botulínica proporciona un aspecto relajado al paciente. En su entorno le encuentran mucho mejor aspecto, pero no saben por qué. Es muy sutil', concluye Juárez.
Precios por tratamiento o por sesión
La mayoría de los tratamientos antienvejecimiento no quirúrgicos son temporales. Un hecho que para algunos pacientes puede ser un defecto, pero que para los especialistas es una virtud. 'No se puede dejar una cara lisa y sin una sola arruga a los 65 años. Hay que ir adecuando los tratamientos a las características y la edad de los pacientes para que los resultados sean naturales y de calidad', señala el doctor Ángel Juárez, cirujano plástico del hospital de La Zarzuela. Mientras algunos peelings requieren una sesión semanal durante dos o tres meses, la toxina botulínica se aplica cada cuatro o seis meses y el láser de renovación de la piel cada cinco o seis años. En muchos de los tratamientos, los precios se aplican por sesión. 'En el caso del peeling el precio es de 100 euros por sesión, aunque en el caso del despigmentante (para eliminar manchas) se trata de una única sesión de choque y el precio es de 600 euros por todo el tratamiento', señala Juárez. La toxina botulínica tiene un precio de 250 euros por cada sesión (normalmente se realizan dos al año), mientras la mesoterapia con inyecciones de ácido hialurónico (para revitalizar la piel) tiene un coste de 150 euros por sesión y la destinada al relleno de arrugas (con mayor concentración) se sitúa en los 250 euros por sesión.