Ensayos para descubrir el origen del universo
Canfranc, en Huesca, acoge un laboratorio subterráneo
Sólo el 1% del universo es visible. El resto es materia oscura y energía desconocida. Para aproximarse a su estudio mediante ensayos y pruebas en laboratorio es necesaria una situación de silencio cósmico, que impida el acceso de contaminación procedente del cosmos a los instalaciones. Desde ayer estas pruebas se pueden hacer con total garantía en el túnel subterráneo de Canfranc (Huesca), cuyas nuevas instalaciones fueron inauguradas ayer por María Jesús San Segundo, ministra de Educación y Ciencia, y Marcelino Iglesias, presidente del gobierno de Aragón. En este centro, situado a 800 metros de profundidad bajo el macizo del Tobazo -que hace las veces de escudo protector que impide el acceso de contaminación en forma de partículas no deseadas-, se pueden detectar los neutrinos, que sólo se pueden ver bajo estas condiciones de limpieza y cuyo estudio puede aportar datos concluyentes sobre el origen del universo.
Aunque esta instalación existe hace 20 años, las reformas efectuadas la convierten en un laboratorio puntero de astrofísica. Para la mejoras se han invertido 3,7 millones de euros, aportados por el gobierno de Aragón y por fondos Feder de la Unión Europea. En opinión de San Segundo, el laboratorio pasará a formar parte de la lista de instalaciones singulares de la ciencia española, como el Gran Telescopio de Canarias, en la Isla de La Palma o el Centro Nacional de Supercomputación en Barcelona. En el acto se inauguraron una sala experimental y un laboratorio de ultrabajo fondo radioactivo, con los que el centro tiene en la actualidad una superficie de 1.600 metros cuadrados y se convierte en la segunda instalación más grande de Europa tras el laboratorio Nacional del Gran Sasso, situado en Italia.
El túnel de Canfranc será dirigido por un consorcio formado por el Ministerio de Educación y Ciencia, el Gobierno de Aragón y la Universidad de Zaragoza, que será también el encargado de gestionar los 20 millones de presupuesto con los que contará el laboratorio hasta 2015, de los que 16,3 millones serán aportados por Gobierno central y 3 por el Gobierno autonómico. En el interior del túnel desarrollarán su trabajo 25 personas, entre investigadores, técnicos y becarios, del departamento de Física Nuclear y Altas Energías de la Universidad de Zaragoza.
Felipe Pétriz, rector de la Universidad de Zaragoza, recordó al profesor Ángel Morales, fallecido hace dos años y cuyo nombre lleva una de las salas inauguradas ayer. Fue el primer investigador en realizar, en 1985, un experimento científico en el antiguo túnel ferroviario de Canfranc.
Contaminación cósmica y neutrinos
La principal función del laboratorio subterráneo de Canfranc será la de actuar como centro de ensayos para el estudio de los neutrinos. æpermil;stas son partículas emitidas por el sol y las estrellas, imperceptibles cuando hay contaminación cósmica y que, según la comunidad científica, encierran el secreto sobre cómo funcionan los astros y la composición de la materia oscura, conceptos desconocidos en la actualidad.A 800 metros de profundidad y sin rastros de aguas subterráneas, las instalaciones ya están preparadas para recibir a grupos de investigación extranjeros que quieran aproximarse al estudio de cómo se produjo el Big Bang, o la explosión inicial del universo y los componentes subatómicos de la misma.