Francia, aferrada al pasado
Los estudiantes franceses echan hoy el pulso definitivo al Gobierno. Respaldados por la huelga sindical en varios sectores públicos y privados, vuelven a la calle -llevan en ella dos meses- para exigir la retirada del contrato de primer empleo que el Ejecutivo quiere poner en marcha para combatir las altísimas tasas de desempleo juvenil. Si hoy la movilización tiene éxito, Francia retrasará unos años más una reforma laboral que países más dinámicos como España, Holanda, Irlanda o incluso Italia han hecho hace años. Los estudiantes, que quieren aferrarse al pasado como única fórmula para asegurarse el futuro, habrán ganado una batalla más para mantener un modelo social proteccionista de difícil justificación y financiación en una economía abierta y globalizada.