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Columna
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ETA, decidida

Era el mediodía del miércoles cuando se conocía un denominado mensaje de ETA al pueblo vasco. El texto empezaba diciendo que la banda había decidido declarar un alto el fuego permanente a partir de hoy viernes. O sea, que de entrada ETA ha decidido parar y procede a expresar esa decisión con un léxico muy determinado procedente del diccionario bélico.

ETA utiliza la expresión alto el fuego y lo fija para su entrada en vigor a partir de un momento señalado. Esa utilización ha merecido comentarios del ministro de Defensa, José Bono, por su exacta coincidencia terminológica con el comunicado lanzado por el IRA (Ejército Republicano Irlandés) cuando acordó poner fin a su actividad armada. También se resalta el adverbio de tiempo permanente, que se distingue de las treguas temporales o indefinidas.

A la decisión del alto el fuego permanente sigue la declaración del objetivo que se persigue. Su propósito 'es impulsar un proceso democrático en Euskal Herria para construir un nuevo marco en el que sean reconocidos los derechos que como pueblo nos corresponden y asegurando de cara al futuro la posibilidad de desarrollo de todas las opciones políticas'.

Claro que el proceso democrático ya existe y sólo se ve tergiversado por las interferencias de quienes con las armas en la mano se erigen en representantes de un pueblo que nunca les ha otorgado semejante condición. Los analistas señalan las resonancias que esta fraseología tiene con los puntos de KAS (Koordinadora Abertzale Sozialista) y otras versiones, pero también notan la ausencia de alguna palabra clave tan querida en esos pagos como la de autodeterminación.

Se nos dirá que el texto señala que 'al final de ese proceso los ciudadanos vascos deben tener la palabra y la decisión sobre su futuro'. Pero los vascos, organizados en la Comunidad Autónoma del País Vasco, tienen desde hace más de 25 años la palabra y se pronuncian cada vez que se convocan los correspondientes comicios en elecciones libres de ámbito comunitario, provincial y municipal para decidir sobre su futuro.

El mensaje de ETA incluye después una serie de llamamientos a los Estados español y francés para que reconozcan los resultados del proceso aludido, a todos los agentes indeterminados para que actúen con responsabilidad, a las autoridades españolas y francesas para que respondan de manera positiva a la nueva situación y dejen de lado la represión y a los ciudadanos y ciudadanas vascas para que se impliquen en este proceso y luchen por los derechos que como pueblo les corresponden. Sería una carta a los Reyes Magos si no fuera por la sangre derramada y por lo que implica de asumir una tutoría que nadie les ha encomendado sobre gentes instaladas en la mayoría de edad que sólo están perturbadas por las amenazas y extorsiones ejercidas por la banda.

A continuación 'ETA muestra su deseo y voluntad de que el proceso abierto llegue hasta el final, y así conseguir una verdadera situación democrática para Euskal Herria, superando el conflicto de largos años y construyendo una paz basada en la justicia'. Subrayemos que quien tiene que consumar ese proceso de abandono de la violencia es la banda y coincidamos que por esa senda se avanzará para conseguir una verdadera situación democrática a la que hasta ahora y desde hace largos años afrentan quienes empuñan las armas para imponer su voluntad.

El que denominan conflicto deriva del horror del terrorismo y para nada es un fenómeno meteorológico, sino que ha sido causado por gentes con nombres y apellidos que deben responder de sus actos. Sólo después será posible la construcción de esa paz basada en la justicia.

Así que ahora cautela y unión de todas las fuerzas políticas como el momento requiere. Continuará.

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