El Gobierno exige a ETA que deje de extorsionar a los empresarios
La organización terrorista aboga en un nuevo comunicado por 'el diálogo, la negociación y el acuerdo'
El Gobierno emplazó ayer a ETA a mostrar señales 'inequívocas' sobre su disposición a renunciar a 'todo tipo de violencia', incluida la que viene practicando sobre los empresarios en forma de extorsión económica. 'ETA tiene que pasar de la palabra a los hechos', advirtió el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y ello incluye, añadió, abandonar 'las bombas, los chantajes y las extorsiones'. Esta sigue siendo una de las principales preocupaciones transmitidas al Gobierno por las distintas patronales vascas, conscientes de que la organización terrorista aprovechó anteriores periodos de tregua para mantener e, incluso, aumentar la presión sobre los empresarios con el fin de llenar sus arcas.
Que ETA renuncie a este tipo de prácticas es una condición imprescindible para que el Gobierno intente encajar el alto el fuego declarado el miércoles por la banda en la resolución aprobada por el Congreso en mayo pasado, donde se supedita la apertura del diálogo con ETA a la aparición de 'actitudes inequívocas' que permitan vislumbrar su disolución y el abandono de las armas. En la misma línea que Rubalcaba se expresó también ayer el secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda.
El portavoz socialista explicó en el Congreso que la 'hoja de ruta' por la que se guiará el Ejecutivo para conducir el proceso de paz descansa en la citada resolución. En ésta se apoyará, pues, José Luis Rodríguez Zapatero para pedir, en su caso, la autorización de todas las fuerzas políticas parlamentarias para iniciar un eventual diálogo con ETA.
La organización terrorista dio a conocer ayer, a través del diario Gara, un nuevo comunicado que aporta escasas novedades sobre el original, aunque sí refleja una apuesta todavía más clara por las vías políticas. En el texto, la organización terrorista aboga por 'el diálogo, la negociación y el acuerdo' para que 'el pueblo vasco pueda realizar el cambio político que necesita' y hace un llamamiento 'a las autoridades de España y Francia' para que 'no pongan obstáculos al proceso democrático' y muestren 'la voluntad de dar una salida negociada al conflicto'.
El Gobierno reaccionó con la misma cautela que el miércoles a este segundo comunicado, aunque el PP lo descalificó en términos muy parecidos. Su portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, mantuvo que 'el objetivo de la autodeterminación' sigue presente en las exigencias de ETA y frente a éstas 'el Estado de Derecho jamás puede estar en tregua ni pagar un precio político'. A día de hoy, Zaplana considera que la resolución del Congreso del pasado mayo en la que se fijan las condiciones para autorizar el diálogo con la banda 'es inaplicable'. En 2005, el PP fue la única fuerza política que votó en contra de esta resolución. Zaplana no dejó claro ayer si ahora el PP la respaldaría.
Dos discursos dentro del PP
En contra del criterio de otros dirigentes del partido, como su responsable de Comunicación, Gabriel Elorriaga, Zaplana volvió a vincular ayer el alto el fuego de ETA con el Estatuto catalán y la incorporación a su preámbulo del término nación. En su opinión, es 'un hecho objetivo' que el anuncio etarra ha coincidido con la aprobación en la Comisión Constitucional del citado texto estatutario. Elorriaga eludió establecer este vínculo y, con un discurso más conciliador hacia el Gobierno, reconoció a éste su 'obligación de estudiar cuáles son los márgenes de actuación' con ETA.
Zapatero tendrá ocasión el próximo martes de pulsar la actitud final que puede adoptar el PP frente a este proceso ya que se entrevistará con Mariano Rajoy en La Moncloa. En días posteriores se reunirá con los representantes del resto de los partidos, a los que ayer mismo Alfredo Pérez Rubalcaba anunció la intención del presidente. Zapatero celebró también ayer un despacho extraordinario con el rey Juan Carlos para trasladarle la información de la que dispone el Gobierno.