Tercer juicio para el banquero proscrito de Silicon Valley
Frank Quattrone, el ex banquero estrella de Credit Suisse First Boston durante la era puntocom, ha conseguido que un tribunal de apelaciones anule el segundo juicio que se siguió contra él por obstrucción a la justicia y se le permita un poco frecuente tercer proceso judicial.
En el segundo juicio, que acabó en 2004, se le condenó a 18 meses de prisión que estaba pendiente hasta la resolución del recurso.
El primer juicio, celebrado un año antes, se anuló porque el jurado no llegó a un acuerdo en sus deliberaciones y el segundo porque, según la sentencia hecha pública el martes, el juez Richard Owen instruyó mal al jurado. En su recurso Quattrone argumentaba que el juez tenía prejuicios contra él.
El tribunal de apelaciones no ha aceptado esta objeción pero en una rara decisión y después de asegurar que el juicio fue conforme a procedimiento y que hay elementos para llevar a cabo un tercero, ha decidido que Owen no repita como juez.
Que haya un nuevo juicio es algo que aún está por decidir por el departamento de Justicia. En principio es una posibilidad rara pero no imposible ya que los fiscales de Nueva York están mostrando ser muy beligerantes y no desisten en su empeño de obtener una condena. La muestra se vivirá en julio cuando dé comienzo el tercer juicio contra John Junior Gotti, de la familia de los Gambino muy conocida en los círculos del crimen organizado. A Gotti también le han declarados nulos dos procesos.
Los abogados del ex analista prefieren un acuerdo extrajudicial y celebraban la decisión del recurso como una victoria. Quattrone, que puso en el mercado empresas como Amazon y Netscape, es el único analista al que se le ha sentenciado con prisión por un caso derivado de su papel en los escándalos derivados de las colocaciones en Bolsa en los noventa. No obstante el proceso se basa en una acusación de obstrucción a la justicia por eliminar correos electrónicos. Para el Gobierno de EE UU la derrota es un serio y nuevo revés en su campaña de persecución a muchos de los protagonistas de los excesos empresariales que explotaron a partir de 2001. El primer fracaso fue el procesamiento de Andersen cuya sentencia culpabilidad fue revocada por el Supremo.
El Supremo limita las demandas de los inversores por fraude
El Supremo de EE UU establecido nuevos límites en las demandas por fraude en el mercado de valores al dictaminar que la ley federal prohíbe acciones conjuntas por parte de quienes clamen que han sido embaucados al mantener acciones y bonos. En un caso llevado ante el Tribunal por Merrill Lynch, los magistrados dicen que la ley de 1998 permite este tipo de demandas sólo por compradores o vendedores.