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CincoSentidos

'Crash' se impone a 'Brokeback mountain'

La Academia opta por un 'thriller' urbano frente a una historia de amor entre vaqueros, pero premia a Ang Lee como mejor director

Crash contra Brokeback mountain, un thriller urbano frente a la temática del amor homosexual. El combate estelar de la 78 edición de los galardones de la Academia de Hollywood se saldó con victoria de la primera, protagonizada por Sandra Bullock y Matt Dillon e inspirada en la tensión racial que vive una ciudad como Los Ángeles. A esta producción fueron a parar los galardones a mejor película, mejor guión original y mejor montaje, además de varias críticas por el 'conservadurismo del jurado'.

Al margen de este discutido triunfo, escasas sorpresas. Brokeback mountain, una de vaqueros con altas dosis de sensibilidad, también obtuvo tres estatuillas: mejor director, para el taiwanés Ang Lee -sorprendido por no haberse impuesto en la categoría de mejor película-, mejor banda sonora, para el argentino Gustavo Santaolalla, y el Oscar a la adaptación del guión.

Uno de los nombres que más ha sonado en los últimos meses en la esfera cinematográfica, el de Philip Seymour Hoffman, se ganó el reconocimiento como mejor actor por el esfuerzo de meterse en el papel de Truman Capote. Reese Witherspoon, por su parte, fue galardonada por la Academia como mejor actriz por su interpretación en la película En la cuerda floja.

Los Oscar técnicos, sonido, montaje y efectos especiales, fueron para la espectacular puesta en escena de King Kong. Y Memorias de una geisha acaparó tres estatuillas para la mejor dirección de arte, mejor fotografía y el mejor vestuario.

'Sosa' es uno de los calificativos de consenso entre la crítica al hablar de la puesta en escena del reparto de las estatuillas. Pero en esta velada nunca falta una nota emotiva: el realizador Robert Altman, de 81 años, cinco veces nominado y galardonado por toda una vida dedicada al cine, reconoció en el Kodak Theatre haberse sometido a un trasplante de corazón 11 años atrás. 'No lo había dicho antes porque pensé que nadie me iba a contratar más', dijo Altman.

Entre tanto se sucedían los discursos comprometidos. 'Es bueno volver a un cine contemporáneo que te hace preguntarte cosas', declaró la británica Rachel Weisz, Oscar a la mejor actriz secundaria por El jardinero fiel, la historia de la muerte en África de una activista contra los intereses de las corporaciones farmacéuticas.

En el campo de la reivindicación destaca en los últimos tiempos el discurso liberal de uno de los galanes de Hollywood, George Clooney. Para su interpretación en Syriana fue el premio al mejor actor secundario, el primer Oscar en su vitrina. Durante los segundos de su discurso, ataviado con esmoquin de Armani, arengó a sus colegas para que evidencien los problemas de la sociedad sin miedo a las críticas conservadoras o al fracaso en taquilla.

Corinne Marriman, premio al mejor corto documental, rebajó tensión agradeciendo a la organización que su silla estuviera al lado de la de Clooney durante el almuerzo de los candidatos. Marriman no ensalzaba, precisamente, las dotes políticas del actor.

La expectación sobre los diseños que lucirían ellas se resolvió con el predominio de los colores berenjena y ocre. Uno de los que despertó asombro fue el vestido de John Galiano para Dior de Charlize Theron, color oliva y con un escote asimétrico. Salma Hayek se embutió en un Versace de raso color turquesa. Jeniffer Aniston eligió a Rochas y la presentadora Naomi Watts vistió de Givenchi.

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