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Economía nipona

El sol renace en Japón

Yasushiro Shimbayashi abre su maletín y saca un libro. Se titula El sol también sale en Japón y es de Bill Emmott, director de The Economist. 'Lo compré en el aeropuerto. El autor predijo la burbuja de principios de los noventa en Japón y ahora augura una época de crecimiento'. Shimbayashi señala el documento que ha venido a presentar. 'El título es muy parecido al nuestro: Japón, el sol nace de nuevo'.

Yukiko Takemura y Yasushiro Shimbayashi, miembros del equipo de Tokio de la gestora estadounidense Invesco, han llegado a Madrid procedentes de Dubai. España es el décimo país que visitan dentro de una gira por todo el mundo destinada a explicar a los inversores las oportunidades que en estos momentos brinda el mercado japonés.

'En los últimos 15 años hemos vivido malos tiempos. En 1989 la economía crecía con fuerza y parecía que nunca se frenaría hasta que estalló la burbuja. Ahora somos de nuevo muy positivos con Japón; creemos que el país puede vivir una segunda edad de oro', afirma Shimbayashi.

No es el único. Numerosos analistas y estrategas observan cambios en la economía japonesa; cambios que insinúan el comienzo de una época de crecimiento tras 15 años de crisis y estancamiento. Señales no faltan. El producto interior bruto (PIB) de Japón creció un 4,2% en el último trimestre de 2005, un ejercicio en el que el Nikkei 225 se revalorizó un 40,24%. Teniendo en cuenta que la Bolsa japonesa se mueve según los impulsos de los inversores extranjeros, esa subida es toda una muestra de confianza.

Aunque nadie se atreve a echar las campanas al vuelo. Han sido varios los intentos de recuperación que han resultado fallidos. El más prometedor, entre 1996 y 1998. 'Somos cautos pero al mismo tiempo optimistas', asegura Sasha Evers, responsable para España de Mellon Global Investments. 'Creemos que la recuperación es real, pero no descartamos volatilidad a corto plazo en el mercado'.

¿Qué ha cambiado en Japón? Lo más importante, quizás, es la profunda reestructuración que están acometiendo las compañías. Los balances se han saneado y se ha comenzado a combatir un mal endémico del sistema económico japonés: las participaciones cruzadas. La posesión de grandes paquetes accionariales de las empresas por parte principalmente de los bancos del país ha sido durante años un lastre para todo el sistema. 'Hasta ahora el gobierno corporativo era una materia que no interesaba a las empresas debido a la existencia de participaciones cruzadas, en manos principalmente de lo bancos', explica Shimbayashi. 'No interesaba la creación de valor'. Pero el tejido empresarial y financiero del país ha experimentado una profunda reestructuración, impulsada por el equipo de Gobierno que salió de las elecciones de 2001, liderado por Junichiro Koizumi.

La gran diferencia del PIB de 2005, con respecto a ejercicios precedentes, es que se ha reducido considerablemente el peso de las exportaciones, un capítulo clave hasta ahora para el crecimiento japonés. 'La evidencia de que la economía japonesa está en una fase de recuperación autosuficiente es la más intensa de los últimos 15 años', apuntan los analistas de Schroders en un informe. 'La mayor parte de los obstáculos que lastraron el crecimiento en los noventa se han disipado; en particular, el desempleo ha caído a niveles más consistentes con la producción esperada, mientras las empresas han dejado atrás los créditos excesivos y reestructuran sus balances'.

Como novedad, la mayor aportación al crecimiento de la economía proviene ahora del consumo interno y de la inversión en capital de las empresas, y en menor medida del comercio exterior. El otro caballo de batalla, la deflación, también empieza a disiparse; tanto, que el Banco de Japón podría en breve subir los tipos de interés oficiales, finalizando con un largo periodo de tipos reales negativos. 'En los años noventa el Banco de Japón subió los tipos de manera muy agresiva y truncó la recuperación', explica Shimbayashi. 'Creemos que ahora irá con más cuidado. Hay crecimiento económico y poca inflación, no es necesario subir los tipos todavía', opina.

En este escenario, el Nikkei sigue subiendo, no sin grandes dosis de volatilidad. Después de ganar un 87% en tres años, pierde un 2,8% desde enero. Lógicamente, asalta la duda de si la Bolsa japonesa está cara o no. Su PER (veces que el beneficio de las empresas está incluido en el precio de la acción) ronda las 20 veces, nivel superior al de otros mercados desarrollados. 'Parece poco atractivo, pero con respecto a su evolución histórica, sí lo es', sostiene Sasha Evers. Shimbayashi, optimista, coincide con Evers. 'La tendencia es alcista y podría serlo a lo largo de los próximos siete años'.

Los fondos aprovechan el tirón

Los fondos que invierten en Japón viven una época dorada. Las rentabilidades crecen con la Bolsa japonesa al tiempo que los inversores se interesan cada vez más por estos productos. En 2005 entraron 656 millones de euros en los fondos españoles que invierten en Japón, un 4% de las suscripciones netas totales. La rentabilidad media en los últimos 12 meses asciende al 37%.

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