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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Opas y resultados tiran de la Bolsa

Más de la mitad de los valores del Ibex 35 ha sido sujeto u objeto -real o especulado- de alguna opa durante los últimos meses. La fiebre de operaciones corporativas ha sido uno de los impulsos esenciales del mercado en este arranque de año, del mismo modo que en la recta final de 2005. La Bolsa se ha revalorizado en dos meses hasta alcanzar los niveles que los analistas pronosticaban para el conjunto del ejercicio y los máximos históricos que tocó el mercado en 2000, antes del estallido de la burbuja tecnológica, han dejado de ser una utopía inalcanzable.

La fortaleza del mercado en este arranque de 2006 tiene aún más mérito si se tiene en cuenta que la Bolsa acumula tres ejercicios consecutivos de fuerte subida y que el Ibex ha duplicado con creces su valor desde los mínimos que siguieron al estallido de la burbuja.

El protagonismo reciente de las opas en esa escalada es innegable. Basta comprobar que los cuatro valores del Ibex que más suben en este arranque de año son Arcelor, Metrovacesa, TPI y Endesa, los cuatro afectados por operaciones corporativas. El impulso derivado de algunas de estas operaciones ha permitido que el índice electivo español, con una subida del 9,5%, sea el más rentable de todos los grandes indicadores bursátiles mundiales con la excepción del emergente Brasil.

Pero las opas no lo son todo. Esta misma semana las empresas han terminado de cumplir con el rito anual de presentar sus cuentas de resultados y la calificación de la cosecha es excelente. Las empresas han sabido combinar el crecimiento orgánico y las adquisiciones salvaguardando la rentabilidad. El resultado, como adelantó este diario, es que los beneficios de las empresas del mercado continuo ha crecido un 43% en 2005, permitiendo la conquista del tercer récord anual consecutivo.

Beneficios altos y tipos de interés bajos -pese a que estén repuntando- son el escenario idóneo para las altas valoraciones bursátiles, más aún cuando la prima de riesgo se ha ido reduciendo paulatinamente ante la falta de grandes shocks internacionales y como consecuencia también de una mayor propensión al riesgo por parte de los inversores.

Hay ya voces que alertan sobre lo insostenible de una subida del calibre de la que hemos vivido en este arranque de ejercicio, y la mayoría de los expertos concluye que los máximos históricos deberán esperar al año próximo. Es posible que los argumentos apunten en esa dirección, pero desde luego las valoraciones son ahora mucho menos exigentes que las alcanzadas cuando se conquistaron esos máximos históricos de hace seis años que ahora parecen estar casi a tiro. Los datos fundamentales de las empresas son más sólidos que nunca, el mercado ha conquistado niveles de liquidez hace poco impensables y vuelve a estar en el punto de vista de los pequeños inversores.

Muchos inversores saben que aunque el Ibex no haya alcanzado máximos históricos, sí lo han hecho la mayor parte de sus valores. En la adecuada selección y rotación de las inversiones puede estar el secreto para que cada inversor conquiste sus propios máximos.

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