Cuento de hadas eléctrico
Si las repúblicas bananeras tuvieran costumbres bursátiles, se parecerían sin problema al espectáculo que vemos desde hace unas semanas en Europa. Ante la ausencia de unas prácticas armonizadas que permitan a las empresas moverse en un espacio reglamentario balizado y previsible, cada uno parecer actuar como le viene en gana (...).
La manera en la que la italiana Enel ha encarecido la acción de Suez en 48 horas con la simple magia de unas declaraciones equívocas es probablemente reveladora del apetito actual de los inversores por los cuentos de hadas eléctricos. Como si las alusiones del antiguo monopolio eléctrico transalpino a una toma de control de Electrabel bastara para dar credibilidad a tal operación. Amistosa, la maniobra sería bastante compleja de desarrollar y el resultado inseguro. Con carácter hostil, su desenlace sería aún más aleatorio.
Esta incertidumbre no ha impedido a ciertos inversores considerar la hipótesis creíble y lanzarse sobre las acciones de Suez (...). Pero (...) nos puede sorprender el silencio de la instancia reguladora de la Bolsa parisina en esta circunstancia particular (...). Una interpelación de Enel por el ente regulador sería aún más justificada dada la afición del grupo italiano por dar golpes mediáticos sin futuro.