Un país visto desde fuera
Cuando Werner Herzog llegó a España una de las cosas que más le sorprendieron fue la peculiar forma de expresarse de sus habitantes y la filosofía que subyacía a ese lenguaje. Así, Herzog descubrió que, al contrario que el resto de los mortales, el español no deja caer las cosas: las cosas se le caen. Tampoco pierde u olvida nada: sea lo que sea, se le pierde o se le olvida. Domina el tiempo -se le hace tarde- e incluso la muerte: se muere. De la misma forma, se cura, se opera, se da de baja, se examina. 'El español nunca viene cuando se le llama. El español va. Extraña cosa. No toma como punto de referencia al otro, no se somete al otro. El punto de referencia es él mismo. æpermil;l domina la situación, él decide que va'.
Werner Herzog, periodista suizo con más de 30 años de experiencia en España, ha aportado su particular visión de la vida española en Vaya País (Aguilar), una obra que retrata la idiosincrasia española a través de los ojos de 18 corresponsales extranjeros. El libro, coordinado por el propio Herzog, repasa las peculiaridades de la vida y el carácter español con grandes dosis de humor y desde un punto de vista multicultural: alemán, estadounidense, inglés, portugués, mexicano, suizo, italiano, finlandés, francés y japonés. 'Lo mejor de nuestro trabajo es compaginar la perspectiva de un analista con la de ser extranjero. Todavía hoy, después de ocho años, me gusta estar aquí, me siento a gusto aquí', explicaba ayer durante la presentación del libro Paul Ingendaay, corresponsal del Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Entre las peculiaridades de la España que retrata la obra destaca la burocracia, los niños, la forma de vestir de los hombres, el fútbol, los vecinos, las fiestas, el nacionalismo y los horarios imposibles, entre otras. 'Los turistas a menudo perciben que los horarios laborales en España son un enigma indescifrable. Familiares y amigos que llegan de otros países parecen estar siempre en un estado de confusión. O bien están muertos de hambre o están hasta arriba de comida; a veces están exhaustos y a veces están hartos de dormir', explica en el libro Carlta Vitzthum, corresponsal durante 15 años de The Wall Street Journal y actual colaboradora de Business Week en Madrid. 'Casi todos estamos enamorados de España. Como todo país con una larga historia es como una hermosa mujer, siempre bella, pero con achaques', resumió ayer Edward Owen, corresponsal de The Times.
Perdón español
'Cuando dos personas hablan a la vez, lo normal es pedirse perdón, pero el 'perdón' de los españoles en este caso no es para cederle la palabra al otro, sino para poder seguir hablando', escribe la periodista japonesa Masako Ishibashi, corresponsal de Kyodo News en España en el capítulo que ha aportado a Vaya país.Detalles como éste, absolutamente reales y que a menudo pasan desapercibidos para los propios españoles, jalonan la obra y ofrecen una perspectiva fresca y diferente del carácter nacional.'Los españoles tienen una gran psicohigiene, no suelen mirar atrás, pese a que tienen una historia también difícil, como otros países europeos, miran hacia delante', resumía ayer el coordinador del libro, el suizo Werner Herzog.