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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Atención a las exportaciones

Los datos que publicó ayer el INE sobre la economía española en 2005 confirman en todos sus términos el avance de una semana antes: el PIB creció un 3,4% -tres décimas más que en 2004- impulsado por la boyante demanda nacional, con un magnífico desempeño en la creación de empleo. Son datos que duplican con creces el 1,3% de la zona euro y se añaden a un crecimiento constante durante más de una década que para sí quisieran las otras grandes economías de la UE.

Dentro de esta buena evolución se ve además una ligera reducción del desequilibro que aqueja al crecimiento español, basado casi sólo en el consumo interno y en la construcción. El primero ha ido moderando suavemente su crecimiento en el año y la construcción lo hizo el cuarto trimestre. A la vez, la inversión en bienes de equipo sigue pujante.

Las inquietudes provienen del sector exterior. Y es ahí donde hay que poner toda la atención. Las exportaciones desaceleraron su crecimiento del 3,3% de 2004 al 1% en términos reales. Lo más preocupante es que toda esa caída está en el componente de los bienes (del 4,4% al -0,4%), porque las ventas al exterior de servicios, aupadas por el turismo, sí crecieron. La demanda externa aumentó así en el año una décima su aportación negativa al crecimiento PIB, hasta 1,9 puntos. El resultado contable es que la economía nacional ha empeorado su situación financiera frente al resto del mundo. El crecimiento récord del déficit comercial en el año, hasta el 8,7% del PIB, confirma este escenario.

Todo ello es un reflejo de la poca capacidad de la economía española para vender en el exterior. Esta misma semana, España recibía otro aviso de Bruselas sobre la creciente erosión de la competitividad. ¿Su origen? El ya denunciado diferencial de inflación respecto a la zona euro. Y todo esto al tiempo que la productividad sigue perdiendo fuelle. Con las exportaciones creciendo la mitad que las importaciones, la economía española tiene un problema. Si se resuelve, los magníficos datos de crecimiento ganarán más calidad.

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