Eternamente joven
El Mazda ha trabajado duro hasta dar con el nuevo MX5. De hecho, la marca nipona no podía dar pasos en falso a tenor de la competencia con la que debe enfrentarse su modelo. Pero, sobre todo, tenía que renovar la clave del éxito para seguir liderando el ranking de ventas -a escala global- entre los pequeños descapotables biplaza.
Así, el nuevo MX-5 exhibe una estética conservadora, pero ha sido íntegramente desarrollado a partir de una hoja en blanco, conforme al concepto japonés Jinba Ittai, que viene a significar la simbiosis perfecta entre el jinete y su montura. Aunque sigue apostando por siluetas cónicas, sus medidas crecen en todas las direcciones. Gana dos centímetros de largo y otros tantos de alto, además de cuatro de ancho; de paso, luce 6,5 centímetros adicionales entre ejes.
También goza de mayor maletero, aunque sus 150 litros no dan para mucho -ni siquiera lleva rueda de repuesto-. Por cierto, monta pasos de rueda más grandes, lo que le permite albergar neumáticos de medida superior -205/45, combinados con llantas de 17 pulgadas-. Además, el conjunto de la carrocería está mejor soldado, lo que redunda en incrementos de rigidez a la torsión y la flexión y, por tanto, en un comportamiento más seguro y en un casco más firme ante posibles impactos.
Mantiene la capota de lona, con diversas tonalidades a combinar con el color de la carrocería, plegable en forma de Z de modo manual, un sencillo mecanismo que ahora se engancha en un solo punto central y que casa bien con el concepto de deportivo asequible.
De puertas hacia dentro, el diseño es nuevo. Mejora la calidad, aunque abusa de algunos plásticos de aspecto pobre. Crece la habitabilidad lo que hace la vida a bordo más grata -por fin permite regulación del volante-.
En la parte mecánica, cuenta con dos opciones de gasolina: la de 1,8 litros de cilindrada da 126 CV y se acopla a una caja de cambios manual de cinco relaciones y recorridos cortos y precisos. Su rendimiento es suficiente para esa clase de comprador que prima el precio en un modelo que, ante todo, destinará a pasear de forma relajada.
Sobre la segunda, ya de 160 CV, con motor 2.0 de cuatro cilindros y 16 válvulas, como el 1.8, el talante es más dinámico y la caja puede solicitarse de cinco o de seis velocidades.