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Plan Avanza

La ayuda para pymes se repite este año con 160 millones de euros

Francisco Rodríguez siempre se sintió atraído por la tecnología por eso no dudó en llevar la era de la información a su restaurante O'Cruceiro, aunque eso supuso cambiar los viejos blocs de notas por un ordenador de bolsillo (PDA), sustituir la tradicional máquina registradora por un PC e instalar una impresora para pedidos en la cocina. O'Cruceiro es una de las cerca de 15.000 pymes que se han beneficiado del préstamo tecnológico que se puso en marcha el año pasado.

El éxito logrado por esta iniciativa ha provocado que se repita en 2006 con un presupuesto de 160 millones de euros, que se concederán en forma de créditos sin gastos ni intereses. Banesto, que ha aportado 33 millones al proyecto, fue la única entidad en gestionar estos préstamos en 2005 pero este año se ha unido La Caixa con una aportación de 27 millones. Los beneficiarios son empresas de menos de 50 empleados con una facturación inferior a 10 millones de euros anuales que quieran financiar la compra equipos o programas o contratar a una consultora o formar a sus empleados.

'En un restaurante siempre se pierde algo en el stock, falta género, no se sabe si se han vendido nueve o diez botellas de vino', asegura Kiko, propietario de este restaurante madrileño que sirve mensualmente a 2.000 comensales. O'Cruceiro es el segundo local que gestiona Rodríguez, que también es socio de A'Trapallada, por lo que conoce muy bien los esfuerzos que hay detrás del negocio de la restauración con los madrugones para ir al mercado y los trasnoches de los cierres.

Con una inversión de unos 5.000 euros, Kiko vive más tranquilo. 'Este sistema te permite tener una gestión global y un control exhaustivo de lo que entra en el almacén y de todo lo que vendes. Sabemos cuántas cañas o las porciones de lubina que se han servido. No hay lugar para el error', dice Rodríguez, que dice que la inversión se amortiza rápido.

Con un programa de ICG pensado para restaurantes, Front Rest, se crea un menú virtual en el que se incorporan todas las bebidas y platos, incluidos los comentarios del tipo 'poco hecho'. La comanda se puede seguir tomando en papel, pero se pasa todo a un ordenador con una pantalla táctil que envía los pedidos a una impresora que mira el chef. 'Se han acabado con los gritos en la cocina', dice Rodríguez.

El sistema ha mejorado el control del almacén, con un mayor control de los costes. Y permite añadir o cambiar cualquier función del programa y el seguimiento desde casa a través de internet. El sistema de O'Cruceiro ha servido de ejemplo para otros restauradores en las jornadas Banespyme, que incentivan a las empresas a introducir tecnología en su gestión.

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