Liberalizar los servicios
El Parlamento europeo debate hoy la polémica directiva sobre liberalización del sector servicios, denigrada por sus detractores como el arma que pondrá fin al modelo social europeo y ensalzada por sus partidarios como el instrumento que permitirá aprovechar todo el potencial de un mercado de 500 millones de usuarios. Dos interpretaciones que probablemente adolecen de excesivo maximalismo. Europa necesita una directiva que elimine la miríada de trabas que impiden a las empresas (sobre todo a las pymes) ofrecer sus servicios en toda la UE. Pero dicha apertura debe hacerse con escrupuloso respeto de las conquistas sociales y laborales afianzadas en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. En aras del progreso común, los europarlamentarios deberían ser capaces de encontrar una fórmula que permita conciliar ambas aspiraciones.