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Francia

Las cuentas fallidas de Thierry Breton

Las cuentas del Gobierno de Dominique de Villepin y de su ministro de Finanzas, Thierry Breton, no acaban de salir. La economía francesa, que parecía haber retomado la senda ascendente en 2004, conoció ayer tres datos preocupantes: crecimiento del PIB muy inferior al previsto por el Gobierno, producción industrial en retroceso y déficit comercial récord. En el lado medio lleno de la botella, queda sólo el anuncio de que Francia cumplió el año pasado el límite del 3% de PIB de desequilibrio presupuestario acordado en el Pacto de Estabilidad.

Claro que este último vaticinio, aún no verificado por las estadísticas, fue realizado ayer por Thierry Breton, el ministro de Finanzas que hace poco auguraba un crecimiento del PIB de hasta el 2% para 2005. Los datos adelantados ayer por el Insee, el servicio oficial de estadística, hablan de un 1,4%. El último trimestre, con un alza de sólo el 0,2%, explica la diferencia. De Villepin aseguró ayer que 'no es la primera vez que hay que corregir datos adelantados'. El primer ministro añadió que ciertos fenómenos coyunturales, como la quema de coches de noviembre en el extrarradio de París o las paradas de producción en varias fábricas de Renault y PSA Peugeot-Citroën, 'han podido influir en el último trimestre', pero 'la realidad es la de un país que retoma la confianza y que avanza', informa Reuters.

Sea como fuere, el dato de crecimiento ha decepcionado a propios y extraños. Meritxel Soler, de Analistas Financieros Internacionales, reconoce que 'ha sido una sorpresa negativa para la mayoría de los analistas, que esperábamos un crecimiento trimestral entre el 0,4% y el 0,5%'. El modelo de actividad de Francia, dependiente del consumo, explica en parte la ralentización: 'El país sigue sin crear empleo. Mientras esto no suceda, será difícil que el consumo tire del PIB'.

El Gobierno derechista galo ha hecho de la creación de empleo su prioridad, y acaba de aprobar un polémico contrato para jóvenes en virtud del cual podrán ser despedidos sin indemnización en los dos primeros años. Soler cree que 'cualquier flexibilización es bienvenida', aunque supone que llevará tiempo hasta que se concrete en puestos de trabajo. 'Además, la calidad de estos podría caer, por lo que su efecto en el consumo sería menor'. La analista cree que la verdadera mejora en el empleo francés vendrá cuando Alemania empiece a consumir, momento en el que se producirá un 'efecto arrastre'.

Si el crecimiento del PIB fue débil en 2005, peor aún fue la balanza comercial. Francia, un país que tradicionalmente ha cosechado superávits en sus intercambios con el extranjero, llevaba desde 2000 alternando pequeños movimientos alrededor del equilibrio. Pero el año pasado dio un salto inesperado: con 26.400 millones de euros, el déficit comercial triplicó al del año anterior.

La cifra queda lejos de los niveles de España y Estados Unidos -que comparten el dudoso honor de liderar la clasificación mundial de desfase comercial-, pero, a diferencia de estos dos países, Francia no pasa precisamente por una época de bonanza económica. El incremento de la factura petrolera y la atonía exportadora (4,1% de crecimiento, frente al 9,2% de las importaciones) explican el resultado. Una debacle comercial especialmente sangrante, por haberse conocido dos días después de que Alemania, el rival del otro lado del Rhin, anunciase el mayor superávit de la Historia.

Intercambios mundiales en ascenso

El volumen de comercio mundial de bienes y servicios aumentará el 7% en promedio hasta 2006, frente al 10,3% en 2004, según pronosticó ayer la Organización Mundial del Comercio (OMC), que también alertó del riesgo para la economía que suponen los elevados precios del petróleo.Las perspectivas para 2005 y 2006 'son favorables' en cuanto a las entradas de inversión extranjera directa (IED) en el mundo, según el informe anual del director general de la OMC, Pascal Lamy.

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