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Secretos de despacho
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Luminosidad y estilo clásico en PwC

En su despacho siempre está en mangas de camisa. Un ejemplo de la campechanería y cercanía que gasta José Luis Madariaga, presidente de PricewaterhouseCoopers, nacido en Bilbao hace 54 años. No tiene grandes exigencias a la hora de trabajar. Es más, asegura que tan sólo necesita luz natural, que entra a raudales por los ventanales del despacho que ocupa con vistas al madrileño paseo de la Castellana, y una mesa, siempre redonda, en la que despachar los temas con su equipo. 'La mesa de trabajo normalmente crea barreras, y a mí no me gusta marcar diferencias con nadie'. Siempre ha trabajado en espacios abiertos y ahora, por el cargo que tiene, le ha tocado ocupar uno de estilo más tradicional y blindado a todas las miradas. 'No me gustan los espacios tan cerrados, pero la verdad es que no he tenido elección'.

Hace año y medio que Madariaga heredó el despacho de su antecesor, Miguel Fernández de Pinedo, y apenas ha realizado transformación alguna. Lo que no mantiene es el orden. 'Me gusta estar rodeado de papeles y, en ese sentido, me considero bastante desordenado', afirma este ejecutivo que considera que trabaja demasiadas horas. Suele llegar a la oficina sobre las 8.15 de la mañana y, si no tiene compromisos, apaga la luz sobre las 21 horas. 'Son demasiadas horas, pero siempre hay cosas que hacer. El tema del horario es ahora la eterna discusión, pero el equilibrio entre la vida personal va variando a lo largo de la vida profesional de una persona'. En ocasiones, asegura que tiene cierto complejo de culpabilidad por no dedicarle demasiado tiempo a los suyos. 'Durante años me llevaba trabajo a casa; ahora me llevo algún documento para leer'.

José Luis Madariaga entró a trabajar en esta compañía hace 30 años. Desde entonces ha ido subiendo peldaños, 'marcando etapas'. Es de los que cree que mientras las cosas van bien, no es necesario realizar grandes cambios. 'Nunca me planteé estar tanto tiempo en una misma compañía, pero cuando estás a gusto en un sitio, poco a poco vamos entrando en un engranaje del que es difícil salir'. Lo único que él ha hecho ha sido ir asumiendo retos, que le alejaban de la rutina. 'Me mandaron a Londres, luego estuve en San Sebastián, más tarde me hicieron socio. Y poco a poco he ido quemando etapas'. Desde su experiencia, recomienda 'a todo el mundo que dedique, al menos una hora de su tiempo, a ver qué está haciendo con su vida tanto personal como profesional'.

El sector de los servicios profesionales es de los que mayor rotación sufre. 'Ha pasado a la historia que el desarrollo de toda la carrera profesional transcurra en una misma compañía'. Según los datos que él maneja, PricewaterhouseCoopers tiene una rotación de personal del 14%. 'Sucede una cosa muy curiosa; durante los dos primeros años la rotación es muy escasa. Del tercero al séptimo año, el índice es alto, y luego vuelve a bajar. El problema está entre el tercer y el cuarto año de la vida profesional'. La mayoría emigra a otro sector, pero no suele irse a trabajar, por razones éticas, a clientes a los que ha prestado algún servicio de auditoría. 'Lo cierto es que una buena formación, combinada con la experiencia que otorgan las firmas de servicios profesionales, hace que este tipo de perfil sea muy atractivo para incorporarse a otras compañías'.

En su caso, ya no se ve trabajando en otra empresa, 'pero sí me veo, por ejemplo, haciendo cosas después de mi etapa en esta firma, como por ejemplo colaborar con una ONG'. Aunque todavía faltan unos años para su retiro, Madariaga tiene ya fecha fijada por la compañía para su salida, que será cuando cumpla los 60 años. 'Es algo a los que te acostumbras desde un primer momento. Y aunque la gente hoy es mucho más joven que la anterior generación, es bueno dar paso a talento nuevo, aunque las prejubilaciones suponen una descapitalización de las organizaciones'. Mientras que llega ese día, disfruta con el trabajo y prepara al sucesor.

Bilbao, siempre presente en su vida

Dice que cada uno debe definir lo que quiere ser en la vida. 'Hay gente para la que priman más unas cosas, como la vida personal, que otras', afirma Madariaga, que asegura que nunca ha perdido a lo largo de su trayectoria el horizonte, como tampoco pierde de vista el lugar donde nació.Uno de los pocos elementos personales que ha incorporado a su despacho es un cuadro de Bilbao. 'Me gusta por los recuerdos que me trae y porque me gusta mucho mi ciudad'. También tiene cerca algunas fotografías personales, testimonio de algunos acontecimientos de su vida, como cuando realizó el Camino de Santiago acompañado del menor de sus tres hijos. 'No me gusta personalizar demasiado el lugar de trabajo'.Al lado de su mesa, y como el resto de la plantilla, tiene una bolsa para reciclar papel. Sabe que tiene que dar ejemplo.

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