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Secretos de despacho

Funcionalidad en Alfa Romeo

Si alguna conclusión se puede extraer de esta entrevista es que Renato del Bino, nacido en Alcalá de Henares (Madrid) hace 39 años, director de la marca Alfa Romeo en España, es una persona extremadamente seria y responsable. Su aparente rigidez se desmorona cuando habla de sus hijos, Laura y Raúl, dos motores importantes en su vida.

Del Bino es un hombre bastante metódico, preocupado por cumplir los objetivos marcados y plantearse nuevos retos. Entre ellos, facturar 300 millones de euros con la venta de vehículos nuevos. 'Desde el año 2000, en el que facturábamos 100 millones de euros, hemos duplicado el número de unidades vendidas. Y para todo ello, la única forma de trabajo que yo concibo es la del trabajo en equipo'. Asegura que, aunque la compañía externalice algunos servicios, siempre están pendientes de que todo el mundo esté involucrado en la marca. Y reconoce: 'Somos duros con la gente, pero de igual manera que nos exigimos a nosotros mismos'. No puede ser de otra manera, así lo cree, porque 'España es un mercado muy ácido y agresivo en este sector, en el que se fabrican 11 marcas diferentes y donde no existe una gran marca nacional'.

En su opinión, el secreto de una firma como Alfa Romeo no es otro que se ser simpática. 'Con sus momentos buenos y malos, hemos sabido salir adelante con el respeto del mercado'. También opina que gran parte del éxito es su concepción de que todo el mundo es importante.

'Todo aquel que realiza un trabajo debe tomar las riendas de lo que hace. Eso es darle valor añadido'

Renato del Bino trabaja en un despacho muy funcional, en un polígono industrial situado en la misma población en la que nació. Confiesa ser un adicto al trabajo, al que dedica una media de 12 horas al día. Eso sí, advierte que a esa jornada hay que añadirle los viajes o las reuniones que conlleva su cargo. Advierte que uno de los grandes ladrones de tiempo hoy en día es la fiebre del correo electrónico, cuyo uso debería racionalizarse. A pesar de sus maratonianas jornadas, araña todo el tiempo que puede para su familia, sobre todo para sus dos hijos, su verdadera afición. La mayor, de 21 años, va a la universidad, y asegura que le aporta 'equilibrio'. El pequeño tiene nueve años, y dice que es 'su bálsamo'.

Del Bino asegura que la puerta de su despacho, afirma, está siempre abierta para los suyos. Es más, si de algo le acusan es de exceso de accesibilidad. 'Lo importante es la comunicación, eso disipa dudas y problemas'. Pero si algo valora es que el personal asuma riesgos y tome decisiones. 'Todo el que hace un trabajo debe tomar las riendas de lo que hace, eso es darle valor añadido'. Y agrega que si algo sabe, después de 20 años trabajando para Alfa Romeo, es que 'nunca vamos a ser los más grandes, pero si podemos ser los más creativos en comunicación e innovando en publicidad'.

En este sentido, la compañía de automóviles italiana tiene firmados acuerdos con distintas escuelas de negocios, como IESE, Instituto de Empresa, Esade, Esic, San Telmo, Alfonso X El Sabio, Oxford y Harvard, con el fin de participar de los programas formativos de los alumnos. 'No se trata de intrusismo, sino que le damos valor añadido. No pretendemos que se exponga un coche y que se ponga en venta, sino participar en actividades lúdicas, como las visitas a bodegas o rutas gastronómicas, o académicas, ilustrando, por ejemplo, el caso de nuestra empresa', afirma Del Bino.

Otra de las iniciativas en este sentido es el premio que conceden al trabajo más brillante de máster en Dirección de Empresas. Tras esta experiencia puede asegurar que los directivos españoles 'tienen capacidad de innovación, creatividad y espíritu de sacrificio. Han sabido conjugar el trabajo con el disfrute de la vida. No es cierto que en España se trabajen menos horas que en Europa'.

Lleva más de dos décadas en la misma compañía y, de momento, no se plantea un cambio. Todas sus ambiciones están satisfechas, 'aunque doy prioridad a emprender grandes aventuras'.

Un popurrí de recuerdos de empresa

Lo más valioso de su despacho son los regalos que le han hecho sus hijos. Un calendario antiguo, obsequio de su hija, y un llavero de madera en color verde realizado por su hijo. 'Me lo hace todo en ese color y me encanta', dice Renato del Bino, que, en su pasión de padre, saca de la cartera una carta de la suerte que le ha dado el más pequeño. Esos gestos le dan mucha más humanidad de la que se desprende a lo largo de su discurso. 'Me acusan de ser femenino, metódico y ordenado, pero me gusta que cada cosa ocupe su lugar'.Le gusta trabajar con música. Al lado de su mesa tiene un amplio repertorio, aunque últimamente pone un disco de jazz de Keith Jarret, regalo de un amigo suyo. 'Me gusta la música porque la estudié hace tiempo y porque creo en ella como terapia'.Sobre un pequeño armario reposan varios coches, volantes y la fotografía de Marc Gené, un piloto 'y amigo al que he adentrado en la cultura Alfa Romeo'

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