La vivienda empieza a aflojar

El Banco de España cifró ayer en el 3,4% el crecimiento del PIB en el ejercicio que acaba de terminar, frente al 3,1% de 2004, pero alertó sobre el agravamiento de algunos desequilibrios que amenazan el crecimiento futuro. El escaso aumento de productividad, la pérdida progresiva de competitividad y el agravamiento del déficit exterior figuran a la cabeza en la lista de asignaturas pendientes que, en opinión de este y otros organismos, deben afrontarse con urgencia. El banco cree que las medidas para impulsar la competitividad puestas en marcha por el Ejecutivo van en la buena dirección, pero teme que resulten insuficientes. Una batería de mensajes que no son nuevos, pero que no está de más recordar periódicamente.

Mucho más novedoso resultó el análisis hecho por el organismo que dirige Jaime Caruana sobre el mercado de la vivienda. Según el Banco de España, la desaceleración de precios que empezó a detectarse el año pasado podría dar lugar a una 'absorción ordenada' de la sobrevaloración que, en su opinión, aqueja a los precios inmobiliarios. Un sobrecoste que este organismo llegó a cifrar 'entre un 24% y un 35%'. El banco sigue pensando que existe sobrevaloración de los inmuebles, pero parece haber desterrado la amenaza de 'aterrizaje brusco' de los precios, con efectos derivados sobre el conjunto de la economía, de la que hablaba a finales de 2003.

El mensaje de Caruana se aproxima así más al de los promotores inmobiliarios, que llevan bastante tiempo anunciando una desaceleración progresiva del mercado, tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda, hasta niveles mucho más sostenibles. El boom registrado, con más de 800.000 viviendas visadas por los arquitectos en el año que acaba de terminar, resulta claramente insostenible. Pero una cosa es temer que exista una burbuja inmobiliaria amenazando con explotar a la vuelta de la esquina y otra, mucho más tranquilizadora, que el mercado se encarrile hacia un aterrizaje suave.