Empresarios más optimistas
La última oleada del Barómetro Empresarial elaborado por Metroscopia para Cinco Días refleja un claro repunte del estado de ánimo de los empresarios españoles. Se rompe así el lento pero prolongado declive del tono empresarial observado a lo largo de los últimos dos años. Además, mejoran claramente las perspectivas sobre la evolución futura de la economía en su conjunto y de su propia actividad empresarial. Este dato supone un claro punto de inflexión, ya que desde octubre de 2003 los empresarios sondeados para la elaboración del Barómetro siempre se habían mostrado preocupados por un posible empeoramiento futuro de la situación económica. Además, el optimismo es aún mayor cuando se les pregunta por la evolución futura de su propia empresa que cuando se refieren a la economía en su conjunto. Algo especialmente destacable entre los dedicados a la construcción, el comercio y la industria.
Este resurgir del optimismo se refleja en la perspectiva de un aumento de inversión, de una mejora de la competitividad y de un incremento de los resultados. Más dulce también es la visión en lo que atañe al empleo, aunque la mayoría empresarial sigue considerando poco probable que aumente la plantilla. Esta opinión, expresada reiteradamente por los empresarios desde el lanzamiento del Barómetro en otoño de 2003, no se corresponde, sin embargo, con la evolución mostrada por el mercado laboral. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el último ejercicio fue récord en la creación de empleo y la tasa de paro ha caído al 8,7%, el nivel más bajo en 28 años.
El positivo sentir de los empresarios al evaluar la marcha de la economía y sus perspectivas futuras contrasta con la pobre valoración que hacen de los dos primeros años de legislatura del Gobierno socialista. El juicio del vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, vuelve no obstante a repuntar, pero casi la mitad de los encuestados (46%) considera que el balance de la primera mitad de la legislatura es malo o muy malo; mientras que un 34% lo califica como bueno o muy bueno.
De las grandes iniciativas puestas en marcha por el Ejecutivo, ninguna alcanza el aprobado que supone la media de 5,0. El Plan Concilia, que es el más estimado, se queda en un 4,9 y el proceso de reforma de los estatutos de autonomía figura a la cola con un 3,46. La mayoría de los empresarios encuestados considera que la reforma estatutaria dañará la economía, aunque ya en menor medida de lo que decían en octubre del año pasado.
De cara a la segunda mitad de la legislatura, la lista de peticiones de los empresarios es meridianamente clara. El superávit fiscal previsto debería utilizarse para inversiones en infraestructuras y, algo menos, para reducir los impuestos y alimentar el fondo de reserva de la Seguridad Social. Lo más urgente sigue siendo, sin embargo, poner en marcha la largamente pospuesta reforma laboral. Una asignatura que el propio Ejecutivo se ha puesto como prioritaria pero que, a todas luces, está resultando mucho más difícil sacar adelante de lo que pensaba.