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Secretos de despacho

Elegancia y arte en Euphony

Jaime Loring trabaja rodeado de pinturas frente a la Puerta de Alcalá de Madrid

Trabaja en un despacho envidiable. Y no porque sea especialmente amplio ni lujoso, sino por la vistas que tiene a la madrileña Puerta de Alcalá. El espacio desde el que Jaime Loring Martínez de Irujo, nacido en Mieres (Asturias) hace 52 años, dirige la compañía de servicios de telecomunicaciones Euphony es elegante. Pero además, para que su inquilino se siente cómodo, ha de ser agradable, 'no un lugar para salir corriendo'. Aunque señala que la oficina, por su distribución, no es nada funcional. 'Hay muchos pasillos y se pierden metros. No es un sitio muy eficiente, pero si es tranquilo y está muy bien ubicado', explica Loring. A todo esto le suma las bonanzas de trabajar al lado de un equipo que él califica de responsable y eficaz. 'Gracias a ello puedo decir que dirigir una compañía es una tarea fácil. Mi trabajo consiste en que se interpreten adecuadamente los intereses de los accionistas', matiza este ejecutivo, que asegura que su principal tarea se centra en eliminar barreras para facilitar el trabajo a sus empleados.

Jaime Loring es un hombre de gesto y verbo elegante, y apariencia tranquila. Por eso, si algo detesta son las sorpresas. 'No me importan las malas noticias, pero me gusta estar informado y tener todo controlado. Confío en la gente, pero no me gusta llevarme sobresaltos', afirma. Trabaja rodeado de grupos heterogéneos. 'Se aprende más de la diversidad, de las mezclas, de la gente ordenada, de la desordenada, de todo se aprende y se trata de hacer una compañía lo menos homogénea posible'.

Jaime Loring dirigía Affinalia hasta que en septiembre de 2005 la compró la británica Euphony, de la que hoy es consejero delegado. De la fusión dice: 'El problema que teníamos era que necesitábamos crecer y no era fácil tal y como teníamos planteada la compañía anteriormente'. Euphony, cuyo objetivo es entrar en el mercado de particulares y competir con Telefónica, Auna, Tele2 o Jazztel, se dedicaba a lo misma actividad que Affinalia y perseguía adentrarse en el mercado español. 'Por tanto, todo era perfecto, y la adaptación de las dos culturas corporativas no fue traumático'. Explica que su experiencia en distintas multinacionales, como American Express, le ha forjado en la manera de afrontar los cambios. 'Es algo a lo que siempre he estado acostumbrado'. Pero es más, todo lo aprendido durante esos años lo ha aplicado a su compañía. 'Nuestro estilo de dirección y de gestión es moderno. Por ejemplo, todos los empleados trabajan por objetivos'. Eso fue un elemento más para que no existieran roces con la compañía británica. 'No se ha producido ninguna inquietud, porque estábamos deseando que nos enseñaran cosas nuevas, y nosotros a su vez enseñarles nuestra experiencia en pequeñas y medianas empresas'. Cree que la clave del éxito de un directivo depende de la calidad de la puesta en marcha de los planes estratégicos más que de los planes en sí mismos. 'Lo que diferencia a unos de otros es la forma en que se pone en marcha o el nivel de seguimiento que se hace'. Hombre muy puntilloso, mira cada día el número de minutos que se han gestionado. Y es de los que les gusta ponerse retos y objetivos. 'Es una manera de crear sensación de éxito y eso también se transmite en la forma de trabajar'. Euphony en España tiene previsto facturar 12 millones de euros a lo largo de 2006, lo que significa duplicar la cifra. 'Es un reto ambicioso, pero que sabemos que se puede cumplir'.

Jaime Loring afirma que es no es nada maniático, tal vez un poco desordenado, pero en su pequeño caos se siente a gusto. 'Hay gente que no hace una cosa hasta que no ha terminado otra, pero yo no puedo. Yo soy de los que miro un tema, lo dejo reposar y lo vuelvo a coger otra vez. Eso me gusta porque me permite darle otra visión a las cosas'. Si algo no soporta es al tipo de directivo que va a encontrar los fallos de los otros y pierden los nervios. 'Si ves que algo está mal hay que hablarlo, pero siempre desde una forma positiva y de mejora'. Dice que a lo largo de su carrera profesional, estudió Económicas y Empresariales, ha tenido 17 jefes, 'y sólo me acuerdo de aquellos de los que he aprendido mucho y entre ellos no hay más de dos o tres'. De lo que no cabe duda es que a él le gustaría que le vieran entre ese selecto y reducido grupo.

Un jabalí regalo de su suegra

Hace dos años que ocupa su actual despacho. Y apenas lo ha decorado. Cambió la mesa de trabajo, la que tenía era excesivamente grande por otra más cómoda y manejable. Dispone de otra mesa, que él califica de desahogo. 'Con el techo alto y las vistas que tiene poco le hace falta'. Puso unos grabados antiguos y un cuadro del pintor de origen leonés Pablo Gago. De este artista destaca una obra impregnada del color verde, tan característico de su tierra, Asturias. 'No soy nada apegado a los objetos materiales'. Tan sólo siente un especial cariño por un pequeño jabalí, con el que limpia la pluma, que le regaló su suegra. 'Me parece muy simpático'. Lo que verdaderamente le relaja es mirar por la ventana y ver la Puerta de Alcalá. 'Y tengo un dilema, no sé si me gusta más en verano, en primavera o en otoño. Lo que si sé es que me gusta verla de día'.Jaime Loring trabaja unas 11 horas al día. Y eso que habitualmente rechaza las comidas de trabajo, 'porque son innecesarias y al final ni comes ni haces negocios'. Tampoco pone reuniones de trabajo a las siete de la tarde, pero no sabe la fórmula para reducir la jornada laboral. Y eso que cuando regresó de Londres se hizo el firme propósito de intentar seguir el horario británico. 'Aquí, en España, es imposible. Me gustaría salir a las seis de la tarde, pero nunca puedo'.

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