Comisiones y competencia
El Banco Santander sorprendió ayer con una oferta cuanto menos audaz que rompe la tendencia del sector financiero español. Frente al aumento generalizado de las comisiones, e incluso la creación de nuevos conceptos por los que cobrar a los clientes, el Santander elimina desde hoy las comisiones de servicio que pagan 2,2 millones de particulares, aquellos que tienen una hipoteca, nómina, pensión o plan de pensiones contratada en el banco. La medida tiene un coste de 82,5 millones de euros, que la entidad ve como inversión para ganar nuevos clientes, y que es posible gracias a las mejoras tecnológicas. Entre las comisiones que se suprimen figuran las de mantenimiento de cuentas, emisión o renovación de la tarjeta de débito, transferencias nacionales o retirada de efectivo en cajeros del grupo. La CAM y Bancaja anunciaban también ayer medidas similares.
El banco que preside Botín ha sido pionero en iniciativas impactantes desde la supercuenta que lanzó en 1989. Esta campaña tiene la ventaja, como otras anteriores, de la sencillez, pues cualquier cliente la entiende. Y sobre todo contrasta con lo que están haciendo otras entidades. Recientemente La Caixa y BBVA han elevado las comisiones de las tarjetas de crédito y débito. Cajamadrid subió la de mantenimiento de cuentas. Y el Banco Popular tuvo que dar marcha atrás en su idea de cobrar a sus clientes por usar sus propios cajeros fuera del horario de oficina. Banesto, BBVA, Sabadell o La Caixa tienen ofertas de tarifa plana, que no evitan comisiones, pero las limitan a un precio fijo, y que sólo son atractivas para clientes muy activos.
Al menos hasta ayer, la opinión dominante entre los directivos bancarios era la de que hay que cobrar al cliente por los servicios que recibe, en la línea de lo habitual en Europa. Se compensan así los estrechos márgenes de intermediación, resultado de los bajos tipos y la alta competencia entre entidades. Sin embargo, el banco que preside Emilio Botín ha decidido nadar contracorriente y abrir un nuevo frente que, previsiblemente, forzará a responder a sus rivales.