La crisis de Irán y los recortes en Nigeria impulsan el petróleo
Las tensiones internacionales que está provocando la decisión de Irán de retomar su actividad nuclear, así como los recortes de producción en Nigeria, han vuelto a disparar el precio del petróleo siete dólares en lo que va de año, ante el temor de que el suministro se resienta.
Los futuros del crudo estadounidense se situaron el viernes ligeramente por encima de los 64 dólares el barril después de haber rebasado la víspera un máximo de 65,10 dólares, el nivel más alto desde principios de octubre. En Londres, el crudo Brent, de referencia en Europa, se mantuvo toda la jornada por encima de los 62 dólares.
Y es que los precios del crudo se han disparado más de siete dólares desde finales de diciembre debido a que los factores geopolíticos y las compras especulativas contrarrestaron el robusto nivel de los inventarios de combustibles en Estados Unidos, el mayor consumidor mundial, según informa Reuters.
El mercado también se ha mostrado nervioso durante los últimos días después de los dos ataques perpetrados contra instalaciones de Royal Dutch Shell en Nigeria, que recortaron en un 10% la producción del octavo exportador mundial de crudo.
Shell interrumpió la producción en la plataforma del yacimiento mar adentro E.A., de 120.000 barriles por día, después de que varios hombres armados secuestraran a cuatro trabajadores petroleros extranjeros.
La compañía se vio obligada a recortar en 100.000 barriles por día el suministro en su terminal de exportación en el área de Forcados tras una explosión en un oleoducto. No obstante, el viernes a mediodía fue restablecido el suministro por completo.
Entretanto, la crisis abierta por la actitud de Irán sumó el viernes un nuevo capítulo. Irán amenaza con interrumpir su cooperación voluntaria en el marco de las inspecciones nucleares del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) en caso de ser denunciada ante el Consejo de Seguridad de la ONU por su controvertido programa atómico.
El nuevo embajador iraní ante el OIEA, Ali Asgar Soltanieh, recordó ante la prensa en Viena que el Parlamento de su país adoptó el año pasado una ley que prevé la interrupción de ciertos aspectos de su cooperación con el organismo en caso de ser denunciado ante el máximo órgano de la ONU.
'El Gobierno (iraní) no debe continuar con la suspensión voluntaria (de actividades nucleares) ni tampoco con la aplicación voluntaria del protocolo adicional del TNP si Irán es denunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU', dijo Soltanieh.
Uranio enriquecido, un conflicto con demasiados altibajos
El conflicto nuclear que el Gobierno iraní mantiene con Occidente ha pasado por altibajos en los últimos años. El centro de la crisis radica en el proceso de enriquecimiento de uranio, clave para obtener armas atómicas, que Irán quiere desarrollar en su territorio. Mientras que el Ejecutivo iraní asegura que sólo lo utiliza con fines civiles, EE UU y la UE temen que quiera aprovecharlo con objetivos militares. En 2002, saltó la alarma sobre la posibilidad de que esta república islámica fabrique armas atómicas y comenzó un tenso tira y afloja diplomático, que se ha visto reavivado con la llegada al poder en junio de 2005 del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad.