A vueltas con el textil chino
La pasada primavera los fabricantes textiles europeos y sus representantes políticos (Francia, Italia y España) obligaron a Europa a imponer nuevas cuotas en sostenes y camisetas, poco después que esos bienes fueran liberalizados. Apenas tres meses después, el comisario de Comercio Peter Mandelson se encontraba de vuelta en Pekín tratando de suavizar el régimen de cuotas reimpuesto. Los distribuidores europeos habían señalado que sus estantes estarían vacíos en las temporadas de otoño e invierno sin los tejidos chinos.
Cuando aquella disputa acabó con la credibilidad de la UE por los suelos (...) una queja sobre los zapatos chinos rebotó en la mesa de Mandelson. Esta semana, ese caso llega a su punto crítico. Los fabricantes europeos -de nuevo del hosco Sur- quieren que se impongan gravámenes a la importación de zapatos chinos y vietnamitas (...).
La guerra de las camisetas y la de los zapatos tienen un origen común: el bienestar de muchos importadores, distribuidores y consumidores europeos se deja en un segundo lugar frente al de un puñado de fabricantes no competitivos. Si lo positivo (por ejemplo, alpargatas más baratas) se impone a lo negativo (competencia injusta), la Comisión tiene margen -por no decir el deber- de no intervenir.