Telefónica deja cinco años su alianza de móviles para comprar O2
Freemove es la pieza a sacrificar ante Bruselas. Telefónica tendrá que salir de su alianza mundial de móvil y permanecer fuera cinco años si quiere seguir adelante con la opa sobre O2. Pero la operadora británica está libre de trabas. La CE no ha puesto impedimento alguno a que O2 mantenga vivo un acuerdo celular muy similar al de Telefónica, pero con otras firmas.
Con tres semanas de retraso sobre el calendario previsto, la Comisión Europea aprobó ayer con ligeras condiciones la opa de Telefónica sobre O2. Como adelantó Cinco Días el 3 de enero, el visto bueno se produjo después de que la operadora española sacrificase ante Bruselas su pertenencia a Freemove, una alianza creada junto a los otros grandes monopolios históricos del Viejo Continente -France Télécom, Telecom Italia y Deutsche Telekom-.
Telefónica Móviles ha comenzado ya los trámites para renunciar al pacto, en una salida escalonada que evitará perjudicar a los clientes que utilizan los servicios de Freemove. Y la despedida será por largo tiempo, ya que la Comisión Europea impide a la operadora volver a la alianza en el plazo de cinco años, según aseguran fuentes conocedoras de la situación. Pasado este tiempo, todavía tendrá que pedir permiso a Bruselas si quiere unirse de nuevo a sus socias.
La compañía celular tiene claro que los daños de la salida de Freemove están controlados. 'De acuerdo con los datos analizados en Telefónica Móviles y en Telefónica, se estima que los beneficios por la compra de O2 compensan sin duda el impacto negativo que puede provocar la salida de la alianza mundial'.
La británica O2, en cambio, no necesitará abandonar Starmap -una alianza igual que la de la firma española, pero con otros protagonistas- para fusionarse con Telefónica. La investigación ha corrido a cargo del comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, porque la titular de Competencia, Neelie Kroes, tuvo que inhibirse por su condición de antigua consejera de O2.
La decisión comunitaria de ayer pone fin a la tramitación de la opa en Bruselas. La Comisión debería haberse pronunciado el pasado 19 de diciembre, pero su departamento de competencia se inquietó ante las consecuencias de la fusión para el mercado de servicios internacionales de itinerancia.
Bruselas ha criticado repetidamente las elevadas tarifas que aplican las operadoras europeas por esa prestación, la cual permite a un usuario utilizar la red de una compañía a la que no está suscrito. Y la Comisión temía que la fusión empeorara las condiciones de ese servicio en Reino Unido porque O2, la antigua filial de móviles de BT, se habría alineado con la alianza Freemove de Telefónica.
Para disipar las dudas de Competencia, la operadora española ha ofrecido su salida de la alianza 'tan pronto como sea posible' y se ha comprometido a no reintegrarse en ella 'sin el consentimiento previo de la Comisión'.
Bruselas ha aprovechado así la operación para atacar a unos pactos entre empresas que observa con enormes reticencias. Ayer mismo la Comisión indicó que mantendrá la vigilancia para garantizar que 'tanto Starmap como Freemove cumplen con las normas del Tratado de la UE sobre prácticas empresariales restrictivas'. Bruselas inició en 2004 una investigación de oficio sobre ambas alianzas.
Habrá dividendo en 2007
Desde ayer, por tanto, Telefónica tiene todos los parabienes que necesita para que la compra de O2 sea un éxito. El cierre de la operación es sólo cuestión de tiempo, porque con el visto bueno de Bruselas y un 67% de aceptación de los accionistas, la británica ya es suya.
Ahora que la compra es un hecho, Telefónica ha intensificado sus esfuerzos para trasladar al mercado lo que ella considera que son los beneficios de la operación. Para tranquilizar a los accionistas, la compañía aseguró ayer que calcula reservarse 9.000 millones entre 2006 y 2007 para atender a la retribución a los accionistas. Esta cantidad incluye un dividendo de 0,5 euros por acción cada uno de los ejercicios y recompra de títulos. Hasta ahora, Telefónica sólo se había comprometido al dividendo de 2006, así que la referencia de 2007, aunque en ningún caso es un anuncio oficial de la cuantía que se pagará, sí es una muestra clara de que se respetará el abono de ese año.
Casi 18.000 millones por refinanciar y un 'rating' que mantener
Los responsables de finanzas de Telefónica han comenzado el año 2006 como cerraron el anterior: trabajando para convencer a la comunidad financiera de las bondades de la compra de O2 y de la estrategia de crecimiento de la operadora. Esta vez, los destinatarios del mensaje han sido los posibles compradores de las emisiones de bonos que va a lanzar Telefónica para refinanciar el macropréstamo sindicado de 26.500 millones que ha conseguido para la opa de O2. Con este fin, la operadora ha dado por primera vez determinados datos financieros y ha desvelado que su intención es refinanciar la máxima cantidad posible del llamado Tramo A del crédito, que asciende a 17.640 millones.Un tercio de esta cantidad se refinanciará con dos emisiones de bonos, una en euros y otra en libras, y se hará de manera inmediata. Otros 3.000 millones se colocarán en dólares a lo largo del primer semestre. Para el resto del dinero se barajan distintas opciones.En un intento de reafirmar su compromiso con la ortodoxia financiera, Telefónica ha prometido que las bajadas de su rating a BBB+ y Baa1 son un suelo del que no descenderá y desde donde luchará por subir. La operadora también ha cifrado por primera vez la deuda proforma con la compra de O2, según las cifras a cierre de septiembre, y suma 54.418 millones. La ratio de endeudamiento sobre Ebitda se dispararía, así, hasta tres veces, por lo que Telefónica también se ha comprometido a reducir este múltiplo.