Zapatero reabre el curso
El curso político se reabrió ayer tras el paréntesis navideño con un discurso de calado del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En su repaso a las cuestiones de actualidad, el jefe del Ejecutivo detalló el buen momento económico del país y avanzó algunas reformas económicas que se están poniendo en marcha. Zapatero trató además de despejar dudas en torno a los dos debates más polémicos de los últimos meses -el del Estatuto de Cataluña, en el terreno político, y el de la opa de Gas Natural sobre Endesa, en el económico- y retrató a un Gobierno con iniciativa para desmentir cualquier acusación de bloqueo gubernamental por la cuestión catalana.
El presidente quiso dejar claro su optimismo en relación al cierre de un pacto con las fuerzas políticas catalanas sobre la reforma del Estatuto, que no implicará 'riesgos', pero a la vez dejó claros los límites que no está dispuesto a rebasar. En relación a la financiación autonómica, en ningún caso el Gobierno central cederá el impuesto de sociedades, porque su gestión centralizada garantiza la unidad del mercado. Zapatero también aseguró que la política lingüística, una de las materias más sensibles de la reforma, se mantendrá como con las normas actuales. Todo indica que en las últimas semanas la negociación del Estatuto se atiene a cauces más razonables y asumibles por todos que las propuestas iniciales. Y, pese a algunas amenazas como las que ayer reiteraban CiU y el tripartito sobre una retirada del texto, el nacionalismo catalán tendría complicado explicar una ruptura de esta negociación.
En relación a la opa sobre Endesa, el presidente dijo que el Gobierno estudiará con detenimiento los distintos informes, tanto el de la Comisión Nacional de la Energía, favorable con condiciones, como el del Tribunal de la Competencia, contrario a su aprobación. Pero sugirió una posición favorable a la creación de un grupo energético 'fuerte y poderoso', lo que según sus palabras apoyaría cualquier Gobierno. Es uno de los pronunciamientos más claros del Ejecutivo en relación a esta operación. Y confirma que el Ejecutivo tiene la última palabra en la reordenación del sector energético, por encima de unos órganos reguladores en teoría independientes, pero cuya composición responde a menudo a criterios partidistas.
Lo más significativo del discurso del presidente estuvo en el impulso que se pretende dar a las medidas pendientes. En breve se pondrán en marcha dos reformas fiscales de gran relevancia, la del IRPF y la del impuesto de sociedades, que permitirán rebajar impuestos para una mayoría de los contribuyentes. La Administración dará nuevos pasos en la dirección modernizadora con un nuevo Estatuto de la Función Pública. La política educativa se centrará ahora en una nueva ley para las universidades. Y se ha puesto en marcha el proyecto estrella de la política social esta legislatura, una ley de dependencia que creará el que ya se considera cuarto pilar del Estado del bienestar.
Es de vital importancia que el debate sobre el modelo territorial no acapare todas las energías de las fuerzas políticas. El país tiene grandes retos ante sí que sólo podrá abordar con reformas ambiciosas, algunas de ellas tremendamente complejas.