Carrera de relevos en Bolsa
La Bolsa ha arrancado el año con fuerza. El Ibex 35 sube un 2,13% en las cinco primeras sesiones del año, lo que ha permitido al índice escalar hasta sus niveles más altos desde hace más de cinco años. El tirón de este arranque de 2006 prolonga una racha que dura ya tres ejercicios consecutivos al alza. Desde los mínimos posteriores al pinchazo de la burbuja tecnológica, la Bolsa ha duplicado con creces su valor. En el tirón de comienzos de año, a algunos de los valores que ya venían empujando el mercado se han sumado otros, como Telefónica y su filial Telefónica Móviles, que toman el relevo en la carrera alcista del mercado.
La Bolsa se encuentra al nivel de octubre de 2000, pero que lo esté el índice no quiere decir que lo estén sus valores. Desde entonces, los grandes protagonistas del mercado han sido las constructoras e inmobiliarias, empresas de la economía real que estaban aún penalizadas por su falta de componente tecnológico y que han duplicado su valor en estos cinco últimos años largos. En cambio, Telefónica aún cotiza casi un 35% por debajo de su nivel de octubre de 2000 y también han caído en Bolsa desde entonces otros grandes valores como Santander, BBVA, Endesa o Telefónica Móviles.
Que Telefónica entre en los relevos -tras la penalización por la compra de O2- es una gran noticia para la Bolsa, en la que es el segundo valor con más peso, sólo por detrás del Santander. A la vez, el hecho de que los principales títulos del mercado no se hayan disparado irracionalmente es lo que ha permitido una recuperación sostenida, en la que cada sector ha ido teniendo su momento, y sin grandes sobresaltos. La volatilidad del mercado ha retrocedido al tiempo que subían las cotizaciones. La buena evolución de los resultados, la mejora de los dividendos y los bajos tipos de interés dan solidez a los niveles alcanzados e incluso permiten pensar que hay recorrido por delante. Eso no quiere decir que el mercado no tenga riesgo, especialmente en algunos valores que se han disparado, a veces, sin motivo aparente.