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Secretos de despacho

Luz y amplios espacios en Sogeti

Antonio Hidalgo traslada la consultora informática a Cornellà (Barcelona)

Si hay algo que no falta en el despacho de Antonio Hidalgo (Barcelona, 1963) es luz natural. Se trata de una estancia amplia y cuadrada, con dos de sus cuatro paredes totalmente acristaladas y que desprende todavía un aire a recién estrenada. De hecho, la consultora de tecnologías de la información Sogeti tuvo su sede en el bario de Sant Gervasi de Barcelona hasta el pasado mes de junio. 'Mi despacho no es una pieza aislada del resto de la oficina, hemos buscado que todo tenga el mismo aire: espacios abiertos, cómodos, con diseños minimalistas, que invita a las personas a relacionarse', cuenta Hidalgo.

El despacho del director general de Sogeti en España (llamada Sogeti-Transiciel hasta el mes de diciembre) tiene, además de su mesa personal, una zona 'para hablar tranquilamente' con un sofá de tres plazas y un sillón, pero no tiene la típica mesa de trabajo grande porque, según cuenta, cuando se reúne con su equipo lo hace en alguna de las salas destinadas a ese uso. En total la compañía francesa ocupa 2.800 metros cuadrados en uno de los edificios del World Trade Center de Cornellà, una población vecina a Barcelona. Desde los amplios ventanales se divisa la construcción del que será el cuarto edificio del complejo.

Hidalgo pasa fuera de Barcelona el 70% de su tiempo, 'quizá sea esa una de las razones de que esté todo tan ordenado'. Cada semana viaja a Madrid, donde permanece uno, dos o tres días, 'no tengo un formato fijo de agenda, la movilizan los clientes', asegura.

Cuando no viaja, lleva a sus tres hijos (de 11, 8 y 5 años de edad) al colegio y llega al despacho a las nueve menos cuarto. Después de un café, 'sin café no soy nadie' dice, trata las cuestiones pendientes de la agenda y se dedica a lo que llama 'moverse por la oficina', para ver en qué estado andan los proyectos y hacer los ajustes que sean necesario para conseguir los objetivos marcados. Nunca consigue acabar antes de las ocho de la tarde, 'sobre todo ahora que estamos en un momento en que parece que el mercado está reaccionando y estamos acabando la última etapa de la fusión'. Hidalgo se refiere al proceso iniciado en abril de 2004 cuando Sogeti (propiedad 100% de la multinacional francesa Cap Gemini) adquirió Transiciel y le nombró director general de la compañía en España.

La consultora tiene en la actualidad una plantilla de 1.100 personas, e Hidalgo presume de una organización muy descentralizada, con grandes unidades de negocio, de 80 a 100 personas, que funcionan con independencia. 'El que crea que él solo es capaz de movilizar a corto plazo a toda una organización se equivoca, el equipo es fundamental', explica convencido de que la clave del éxito de una compañía de servicios como la suya es la comunicación presencial, en contacto continuado con las personas y evitar llegar al pensamiento único.

'La comunicación es fundamental, el 80% o 90% de los temas que surgen en una reunión de trabajo interna los conozco, pero el error es creer que ese conocimiento es suficiente, hay que escucharlo y que el otro sepa que tú lo sabes', asegura.

Hidalgo ha desarrollado toda su carrera profesional en el sector. Recién licenciado en Ingeniería industrial creó junto a varios amigos una empresa informática, en 1985. Tras pasar por Olivetti y Origin, llegó en 1998 a Sysdata, que posteriormente fue adquirida por la francesa Transiciel. Esta trayectoria le ha llevado a estar siempre en 'primera línea de todos los procesos de cambio'.

A pesar de su extensa jornada, Hidalgo está convencido de que el número de horas trabajado no es siempre proporcional a la productividad, 'y tampoco creo que haya que estar para dar ejemplo, tienes que apoyar a tu gente cuando hace falta, pero si una organización se basa en el comportamiento mimético a la larga no sale adelante'. Hidalgo dice no llevarse jamás un problema a casa, 'nunca explico nada, y muchas veces mis amigos me preguntan qué estoy haciendo porque si no, no lo cuento'. Tiene muy claro que desde el viernes a la seis de la tarde su hobby son su familia y sus amigos.

Decoración funcional y sin objetos personales

Hay despachos que son casi como un libro abierto, lleno de objetos personales que permiten intuir como es la vida personal o incluso los gustos de quien los ocupa. No es el caso de Antonio Hidalgo, director general de Sogeti en España: 'No me siento nada cómodo cuando entro en un despacho con demasiados objetos personales o fotos, es como si entraras en un santuario, es un tema de gustos, pero yo no me siento bien', explica. Y su despacho responde completamente a esa idea: nada de objetos personales. æscaron;nicamente tres libros de arte sobre la mesa pequeña auxiliar en frente del sofá y dos fotos en el mueble situado detrás de la mesa de trabajo. Son dos fotos de una reunión de directivos de la compañía celebrada en junio de 2004. 'Es un recuerdo muy grato, me gusta ver la diferencia entre la primera, más formal a la izquierda en la foto y la segunda, al final de la reunión, mucho más alegre', explica.

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