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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Año difícil, pero muy positivo

El año que termina se ha desarrollado en condiciones económicas muy complicadas, con amenazas tan graves como la de un petróleo disparado, y sin embargo deja un balance más que positivo, con casi todos los grandes países en la senda del crecimiento y con claras ganancias en los principales mercados financieros. Resulta tranquilizador que la economía global haya soportado la escalada de costes energéticos sin caer en una recesión como en los 70. También reconforta que el impacto de terrorismo -que no ha dejado de golpear, como demostraron los atentados de Londres- no haya deteriorado la confianza de los agentes económicos. Esto significa que la economía es menos vulnerable de lo que se temía, que los fundamentos son sólidos a pesar de algunos desequilibrios globales -como los déficit fiscal y comercial de EE UU- que deberán tender a corregirse para evitar sobresaltos en el medio plazo.

En España, la economía ha crecido un sobresaliente 3,4%, el empleo ha aumentado a un ritmo del 5,5% hasta dejar el paro en la media europea y las cuentas públicas registran un abultado superávit del 1% del PIB. En el ámbito bursátil, el Ibex ha encadenado su tercer año alcista, y otra vez con subidas de dos dígitos, esta vez del 18%. Los buenos resultados de las empresas y la persistencia de unas condiciones monetarias muy laxas, con el precio del dinero al 2,25%, han seguido favoreciendo la inversión en renta variable. El Ibex prácticamente se ha duplicado desde los mínimos del año 2002 y no hace más que subir desde marzo de 2003, cuando la inminencia de la invasión de Irak por EE UU generó gran inquietud política y económica. En tres años se ha ganado un 77%, cifra imbatible por cualquier otra inversión, salvo la inmobiliaria, que continuó acelerada este año.

Un saldo bursátil tan positivo abre la duda de si queda recorrido para 2006. Para algunos, consolidar los precios actuales ya sería un buen objetivo para los primeros meses del nuevo año, pero la bonanza económica invita a pensar en objetivos más ambiciosos.

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