El poder del color en MásBebés
Salvador García-Atance dirige una divertida red de centros de educación infantil
Lo primero que sorprende nada más llegar al lugar en el que trabaja Salvador García-Atance, de 33 años, son los colorines con los que está decorado MásBebés, compañía dedicada al diseño, construcción y gestión de centros de educación infantil de primer ciclo (de cero a tres años). Por tanto, el uso de colores divertidos está justificado. Su despacho está pintado de color verde pistacho, una tonalidad que el inquilino califica como relajante. 'Me tranquiliza muchísimo y le doy mucha importancia a la función terapéutica de los colores', afirma.
Por tanto y en la misma línea, ha pintado la entrada del centro, ubicado en un parque empresarial de La Moraleja (Madrid), en lunares naranjas, y la sala de visitas, en redondeles de color verde. 'Son animados y a la vez no estresan'. Porque los principales clientes que tiene García-Atance son unos pequeñines, a los que ofrece servicio de guardería y de educación infantil. 'Por eso tenemos que cuidar todos los detalles, entre otras cosas porque la confianza es algo que se gana con el tiempo'.
Es por ello que en MásBebés, que en la actualidad tiene dos centros abiertos, tienen por objeto abrir 30 más de aquí a siete años en grandes poblaciones. Eso sí, en propiedad, 'porque la confianza no es franquiciable y, además es mucho más complicado'. Y añade que la experiencia de abrir franquicias en el sector educativo no ha tenido hasta la fecha demasiado éxito. 'Lo importante es tener buen capital humano porque la educación de los niños merece una especial atención'. En MásBebés, asegura su consejero delegado, se nutren de una base de datos de 1.500 currículos y exigen tener una titulación universitaria, como Pedagogía, Magisterio o Educación Infantil, o el título de Formación Profesional en alguna especialidad de Educación Infantil.
Se trata de un sector, todavía en fase de maduración, 'porque las empresas todavía no están concienciadas de la necesidad que hay de conciliar la vida personal y laboral'. Es por ello, que el objetivo de García-Atance es acercar sus centros educativos a los entornos empresariales. 'Es mucho más cómodo llevar a los niños cerca de dónde se trabaja, en vez de dónde se vive'. También asegura que la educación tiene un alto coste para las familias, y que se deberían buscar ayudas o fórmulas para que alguien pueda pagarlo. Un servicio de este tipo cuesta entre 400 y 500 euros al mes por niño.
Salvador García-Atance es uno de los fundadores de la compañía. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y cuenta con un máster en Dirección de Empresas por el IESE. Antes de constituir MásBebés, trabajó en el Deutsche Bank AG en Londres en calidad de asociado en el departamento de derivados de renta variable. Además, trabajo en Morgan Stanley Dean Witter, en Londres, como asociado al departamento de renta variable. Previamente desarrolló diferentes trabajos para Invercaixa Gestión, Invercaixa y en Deutsche Morgan Grenfell como analista financiero.
Asegura que su faceta de empresario es dura, 'mucho más de lo que esperaba'. Y explica que, a pesar de haber trabajado en multinacionales, sabía que habitaba en él un espíritu emprendedor. 'Ya en la facultad monté una pequeña distribuidora de alimentación y productos navideños, pero esto ahora es mucho más serio'. Se queja de que las inversiones y las ayudas económicas para los empresarios con iniciativas llegan tarde, 'hasta que no demuestras que tienes éxito nadie se acerca a ti'. Aunque, en su caso, explica que lo más duro ha sido conseguir clientes y ganarse la confianza de las familias. 'En nuestro caso, lo bueno es que funcionan las recomendaciones y si a una familia le ha ido bien con nosotros nos recomiendan'.
Y como en todo negocio que comienza, el jefe sabe que tiene que hacer de todo. Por eso, dice que no se le caen los anillos por coger una llamada telefónica o atender él mismo a los madres. De hecho, no tiene ni secretaria. 'Soy un chico para todos los recados, incluso cambio bombillas'. Un directivo con recursos.
En compañía de su hija Olivia
En el despacho tiene un cuadro con unas simpáticas fotografías de su hija Olivia. Se las hizo él mismo durante un almuerzo a base de pasta en su casa. También cerca tiene el retrato de su esposa Carla.Salvador García-Atance califica el espacio en el que trabaja de frío. Para concentrarse pone música clásica, aunque a veces se pone melancólico. Asegura que le gusta tener la mesa ordenada y libre de papeles. 'Cuando acumulas papel se queda ahí. Difícilmente consultas algo que tienes olvidado en una mesa', señala.Le gustan los espacios pequeños para trabajar, 'que me permitan tener todo a mano'. De su paso por el sector bancario ha heredado su afición por trabajar con varias pantallas de ordenador. 'Estaba acostumbrado a utilizar hasta seis y ahora necesito un par. En una leo el correo electrónico y con la otra trabajo habitualmente'. En las paredes también tiene varios mapas, uno de Madrid y otro de los nuevos barrios que se están creando en la zona norte. Y cerca de su mesa un cuadro de una serie de flores pintado por su madre, Bárbara de Rueda. Entre sus aficiones se encuentran los deportes, la lectura de libros técnicos, y las motos (tiene cinco).