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Nombramiento

Mario Draghi sustituirá a Antonio Fazio al frente del Banco de Italia

El Consejo de Ministros italiano ha dado hoy luz verde a la nominación del ex director general del Tesoro Mario Draghi como gobernador del Banco de Italia, en sustitución de Antonio Fazio, que dimitió al ser investigado por la Justicia. El nombramiento formal de Draghi corresponde, a través de un decreto, al presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, a propuesta del Consejo de Ministros y tras haber escuchado la opinión del Consejo Superior del Banco de Italia.

El Consejo Superior del Banco de Italia ha expresado hoy, en una reunión extraordinaria, su "opinión positiva, por unanimidad" a la candidatura de Draghi, que desde 2002 es vicepresidente del banco de inversión Goldman Sachs. El nuevo gobernador, que podría tomar posesión el uno de febrero del año que viene, según fuentes de la entidad emisora, será el primero que no ocupará el cargo con carácter vitalicio, pues el mandato estará limitado a seis años, con la posibilidad de una sola renovación del mandato, según las nuevas normas aprobadas este mes.

Draghi tiene por delante la compleja y laboriosa tarea de devolver al Banco de Italia la credibilidad perdida, que comenzó a desmoronarse con las quiebras de las empresas alimentarias Parmalat y Cirio, y cayó en picado tras la discutida actuación de Fazio en las Opas lanzadas contra BNL y Antonveneta.

De 58 años y catedrático en Economía, Draghi ha ocupado durante su carrera profesional un puesto en el consejo de administración del Banco Mundial, fue jefe del comité económico y financiero de la Unión Europea, y estuvo diez años al frente de la dirección general del Tesoro en Italia. En su país es conocido como el artífice de las grandes privatizaciones y por ser el autor de la ley sobre las Ofertas Públicas de Adquisición (OPA), que lleva su nombre.

Draghi conoce ya el Banco de Italia, del que fue asesor económico en los años noventa cuando Ciampi ocupaba el cargo de gobernador. Tendrá que tomar las riendas del cargo en sólo unas semanas, justo el tiempo para adecuar el estatuto del Banco de Italia a las nuevas normas y para participar en la reunión de los ministros de Economía del Grupo de los Ocho (G8, siete países más industrializados y Rusia) fijada para febrero en Moscú.

Junto a Draghi, la terna de posibles candidatos que durante estas semanas se barajaba estaba formada por al antiguo miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo Tommaso Padoa Schioppa y por el director general del Ministerio de Economía, Vittorio Grilli. El cargo de gobernador del Banco de Italia quedó vacante el

pasado día 19, tras la dimisión de Fazio, que estuvo al frente de la institución doce años. Tras meses en el ojo del huracán, Fazio tuvo que dimitir, tras saberse que está siendo investigado por la Fiscalía de Milán por uso de información privilegiada.

Aunque Fazio mantuvo que siempre respetó la legalidad, los fiscales piensan que favoreció una oscura trama de especulación abusiva e irregularidades financieras que dirigía su amigo Gianpiero Fiorani, ex consejero delegado de la Banca Popolare Italiana (BPI) y encarcelado desde el pasado martes. La Fiscalía sospecha que Fazio habría proporcionado información privilegiada a Fiorani cuando el Banco de Italia analizaba si autorizar la OPA de BPI sobre la banca Antonveneta, por la que también pugnaba el holandés Abn Amro, que finalmente ganó la partida.

La retirada de Fazio marcó un punto y aparte en la polémica que había suscitado en los últimos meses su discutido papel en los intentos de compra de entidades italianas por parte de bancos extranjeros, entre ellos el español BBVA, que estuvo interesado en la Banca Nazionale del Lavoro (BNL), operaciones que habría

obstaculizado.

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