Los 'hedge funds' y el capital riesgo necesitan una sacudida

Los inversores siempre han tenido que dirigir su rumbo entre Pollyanna, la optimista incontenible, y la Casandra, la profeta agorera. Confiar demasiado en la una o la otra puede ser fatal.

Del lado de Casandra vino un aviso este mes sobre las posibles consecuencias del final de un largo periodo de estabilidad macroeconómica y tipos de interés bajos a largo plazo (...). Si el ciclo del crédito toma un giro desagradable las casandras, como la vidente original, tendrán razón (...).

La inversión en capital riesgo ha impuesto una nueva eficiencia en el mundo empresarial y financiero, aportado una alternativa a la salida a Bolsa y obligando a los gestores a subir sus apuestas. Los hedge funds y los bancos, al inventar e invertir en derivados, han incrementado la liquidez en los mercados y ayudado a expandir el riesgo financiero (...). Esto ha hecho al sistema financiero más flexible y resistente.

Un crecimiento precipitado y la búsqueda obsesiva de resultados por los inversores han engendrado inevitablemente hedge funds de rendimiento pobre y firmas miméticas de capital riesgo (...). Una sacudida que eliminara a los participantes ineficientes, al tiempo que dejase a los más avispados y mejores en el juego, no debería ser perjudicial. Puede que incluso sea beneficiosa.