'Glasnost' a la pequinesa

Al revisar al alza cerca de un 17% la cifra de la riqueza creada el año pasado por la economía del país (...), Pekín no ha hecho más que oficializar su condición de gran potencia económica mundial constatada sobre el terreno hace mucho tiempo (...).

El futuro pasa necesariamente por una integración armoniosa del socio chino en los intercambios mundiales. Lo que implica también cuestionarse el modelo de gobernanza mundial de la economía, santificado hasta el momento por los siete países más ricos del mundo que, curiosamente, excluyen a China.