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Tribuna
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Las personas y la gestión sostenible

La responsabilidad social forma parte de cualquier estrategia empresarial. Por este motivo, la gestión de una compañía debe, según el autor, buscar tanto el mayor rendimiento posible en términos económicos como el reconocimiento de la sociedad

Puede que sea una moda o puede que no, pero lo cierto es que cada vez más la responsabilidad social, la gestión sostenible, se ha convertido en un aspecto fundamental e inherente a cualquier estrategia empresarial. Son conceptos que no son nuevos. De hecho, en el siglo XIX ya existían corporaciones preocupadas en Estados Unidos por dar a conocer 'lo que hacían por la sociedad donde se ubicaban'. Ahora, en pleno debate sobre el concepto de Responsabilidad Social Corporativa (RSC), incluso con matizaciones terminológicas, las empresas descubrimos la importancia que tiene haber transcendido de la responsabilidad legal a la asunción de cada vez más compromisos sociales.

Buen gobierno, gestión sostenible, defensa del medio ambiente o acciones sociales y solidarias, son ya parte del vocabulario empresarial, sobre los que se realizan informes anuales específicos para dar a conocer el grado de cumplimiento de esos objetivos; el nivel de compromiso empresarial. Desde un aspecto formal y, quizá también conceptual, podemos entender que todo ello contribuye a mejorar la reputación empresarial. Las compañías, las corporaciones, que tiene obligaciones legales como integrantes de un todo social, dan un paso más con la intención de alcanzar una cada vez mejor relación con su entorno, lo que suele redundar en una mejora de su imagen.

Director de la secretaría general del Grupo Eroski

Es evidente que una empresa ya no puede limitarse sólo a dar satisfacción a sus accionistas o, cooperativistas, si atendemos a un modelo como el nuestro. Existen otros grupos de interés, tales como las Administraciones, clientes, trabajadores, proveedores, organizaciones civiles, ciudadanos en general, de importancia equivalente a la hora de medir la reputación de una empresa. La gestión, por tanto, debe ir en dos sentidos: hacia dentro y conseguir el mayor rendimiento en términos económicos y, hacia fuera, donde el reconocimiento obtenido contribuirá a incrementar el valor empresarial, el valor de la marca.

En esta pirámide donde se sitúan los diferentes grupos que influyen en la creación de valor y en la mejora de la percepción hacia la empresa, son los recursos humanos, las personas, uno de los pilares básicos. En nuestra organización que es, ante todo, una organización de personas, tenemos una especial sensibilidad por ese capítulo. Todos los profesionales que integramos Grupo Eroski estamos implicados en la evolución de la empresa, no sólo en el aspecto cuantitativo y de negocio, sino también en aquel que tiene un claro reflejo social. Por tanto, no sólo entendemos que las personas debemos de contribuir a mejorar la percepción exterior de la empresa, sino que priorizamos la gestión sostenible como algo fundamental dentro de nuestro desarrollo interno.

La gestión de las personas, además de identificar, diseñar y poner en marcha modelos encaminados a obtener un mayor reconocimiento por parte de sus públicos, tiene que ser capaz de medir los riesgos para esa reputación. Una medición donde entren a formar parte indicadores que permitan evaluar las mejoras obtenidas y hacer que éstas sean continuas. Por ello es necesario sensibilizar y formar a los equipos de profesionales, a los trabajadores; motivarlos para que adquieran un verdadero comportamiento corporativo y el máximo nivel de compromiso.

Para nosotros, la gestión sostenible, lejos de ser una meta o constituir un esfuerzo estratégico encaminado a obtener un mayor reconocimiento, forma parte de nuestros valores, de nuestro germen cultural. Lo que somos. Un proyecto empresarial como Grupo Eroski se ha basado desde su inicio en el crecimiento mediante la alianza. Una alianza y cooperación que se traslada de forma inmediata a la sociedad donde nos ubicamos. Una fórmula de estas características no tiene por menos que traducirse en la mayor implicación de los profesionales en un modelo que pretendemos integrador; formado por personas de toda España, trabajadores y trabajadores-propietarios, pero también por consumidores, porque el 50% de los órganos de gobierno son representantes de este grupo.

Tenemos una gestión sostenible, no sólo con el objetivo de alcanzar la máxima reputación, sino como parte fundamental de nuestra cultura y forma de ser. Ello no significa que no debamos avanzar. Al contrario: la mejora continua en las prácticas de la responsabilidad social está recogida en el Código æpermil;tico. Consideramos que la tarea es ardua e inacabada y la implicación de las personas es uno de los principales requerimientos. Las empresas hemos tomado nota de ello. De esta forma cada vez son más las compañías que incluyen en su estrategia global a las áreas de gestión de personas. En nuestro caso es evidente y no puede ser de otra manera. Quizá por esto podemos aportar una experiencia en ese sentido, porque consideramos que la gestión sostenible, la gestión responsable, no se hace sólo con ideas; es imprescindible que la protagonicen y la practiquen las personas.

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